El nadador español, campeón de las Series Mundiales de esta temporada, ha sido el más votado. «No lo habría imaginado hace unos años, me hace mucha ilusión», dice.
Jesús Ortiz / dxtadaptado.com
De luchar por ir a campeonatos y entrar en finales, a ganar medallas y asentarse en la élite de la natación mundial. Toni Ponce continúa completando su metamorfosis en la piscina y ahora saborea el momento más dulce de su carrera. El nadador barcelonés ha sido elegido como mejor deportista del mundo del mes de junio, un premio que otorga Allianz junto con el Comité Paralímpico Internacional. Es el tercer español que lo consigue tras Teresa Perales en 2008 y Jon Santacana en 2011.
«No lo habría imaginado hace unos años, es algo que me hace mucha ilusión. Esto refleja que estoy trabajando bien y que los resultados están saliendo. Estoy muy contento por el reconocimiento, me da confianza para seguir esforzándome de cara al Mundial», ha asegurado el catalán, que se impuso en la votación con el 55% al futbolista ciego brasileño Raimundo Mendes (31%) y al arquero de Singapur Nur Syahidah Alim (10%).
Ponce lleva una temporada brillante con un saco de récords nacionales y uno del mundo (en 50 metros braza con 42.15 segundos) y se ha proclamado campeón de las Series Mundiales en categoría masculina con 4.166 puntos, gracias a sus actuaciones en Glasgow, Lignano Sabbiadoro y Berlín. De esta forma, el español ha destronado al brasileño Daniel Dias, quien ganó las dos primeras ediciones.
«En el planning de entrenamientos estaba la posibilidad de competir en varias World Series donde el nivel es más exigente ya que me mido con rivales directos. Pese a que algunas de ellas las he tenido que pagar de mi bolsillo, era necesario hacerlas para seguir progresando. Por los tiempos en los que estaba nadando no pensaba en que podía ganar el título, creía que iba a estar en el Top 10 como mucho. Y me enteré que había ganado cuando una seguidora me felicitó por Instagram», ha confesado.
Cambio de categoría, punto de inflexión
El nadador del CN Sitges empezó a mutar en el agua tras pasar a la categoría S6. «Antes competía en la clase S7 con rivales que tienen mucha más palanca, que utilizan piernas y brazos y que se lanzan a la piscina desde arriba, mientras que yo lo hago desde abajo. Cuando empecé no tenía diagnosticada mi discapacidad porque no sabían la enfermedad que tenía exactamente. Pecamos un poco ya que tenía un informe simple y los clasificadores se rigen en eso», ha explicado.
Su encuentro con el neurólogo Casasnovas lo cambió todo: «Me hizo un estudio detallado y por fin sabía lo que tenía. Tengo paraparepsia espástica bilateral degenerativa, viene causada por un gen mutado y puede afectarme a todo el cuerpo. Donde hay más afectación es a partir del abdomen y en las piernas tengo más limitaciones, aunque también pierdo fuerza y coordinación en los brazos».
Su exigente metodología de entrenos provoca que el «cuerpo se desgaste, llevo al límite al sistema nervioso y eso va degenerando más rápido. La pierna me falla y ahora tengo que desplazarme en silla de ruedas para sentirme más cómodo y autónomo. Pero soy feliz y quiero seguir mejorando en la natación». Comenzó en este deporte con seis años por recomendación médica pero lo dejó a los 14 años tras una mala experiencia en su primera competición, que le afectó psicológicamente tras quedar último.
Pero un día, viendo por televisión los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 le llamó la atención que había personas en natación con una discapacidad similar a la suya. Aquello le animó, comenzó a entrenar en Sitges en 2013 y al año siguiente el técnico Jaume Marcé empezó a pulirlo en el CAR de San Cugat. Junto a él se ha labrado un buen currículum: bronce en 4×100 estilos en el Europeo de Eindhoven 2014, oro en 100 braza, plata en 100 espalda y bronce en 400 libre en el Mundial de México 2017 y oro en 100 braza, oro en 200 estilos, bronce en 200 libres y bronce en relevo mixto 4×100 en el Europeo de Dublín 2018.
Ponce quiere seguir demostrando sus inagotables dosis de superación y en septiembre afrontará un nuevo reto, el Mundial de Londres. «En 100 braza estoy bien situado, aunque han salido los rusos y hay que tener cuidado con ellos. Soy el rival a batir, mentiría si no digo que voy a por el oro, pero mi objetivo es nadar bien y realizar mi mejor marca. También competiré en 200 libre, prueba en la que soy cuarto en el ranking, en 200 estilos con nadadores de la clase SM6, en 50 espalda, 50 mariposa y 100 libre con la idea de mejorar tiempos. Estoy en el camino correcto y no me pongo límites», ha añadido.