El sol lucía en un cielo azul añil y el termómetro marcaba ocho grados en Valencia, una temperatura agradable para desafiar a la distancia de Filípides. A las 8.15 horas Alberto Suárez enfilaba el Puente de Monteolivete con un solo plan en su cabeza: lograr la marca mínima A para estar en París 2024. Le exigían un tiempo de 2:25.01 y cruzó la meta en 2:24.55. Por solo seis segundos de margen, el maratoniano asturiano ha sellado su pasaporte para los Juegos Paralímpicos. “Por los pelos, ajusté al máximo”, dice entre risas.
El deportista español ha finalizado la maratón en segunda posición en categoría T12 (atletas con discapacidad visual), por detrás del ecuatoriano Sixto Román Moreta (2:24.20). “La carrera ha ido bastante bien, salimos al ritmo que marcaba la liebre de Marta Galimany, pasé la media maratón en 1:12.30, pero hubo un parón e intentamos reaccionar casi llegando al kilómetro 30 para que no se nos fuese y tuve fuerzas para acabar bien”, ha relatado.
Suárez completó en las calles valencianas los 42.195 metros en 2:24.55, superando en apenas seis segundos la mínima que le pedía el Comité Paralímpico Español. “Cuando llegué a la meta no sabía si la había conseguido porque los GPS no son exactos en cuanto al tiempo y sabía que iba muy justo. Fue una liberación cuando me dijeron la marca, estoy muy contento. Tuve una preparación corta ya que a finales de agosto estaba recuperándome de una fascitis plantar, en las últimas semanas había aparecido un poco de dolor y tenía miedo de no lograrlo”, ha explicado.
El asturiano, que en unos días cumplirá 46 años, se clasifica de esta forma para disputar sus cuartos Juegos Paralímpicos. Ganó una medalla de oro en Londres 2012, una plata en Río de Janeiro 2016 y un diploma tras ser quinto en Tokio 2020. “Tener la mínima me da tranquilidad para afrontar el próximo año, ahora toca recuperar bien. Estoy feliz por volver a estar en unos Juegos, con mi edad cada vez se va haciendo más difícil meterme entre los mejores ya que el nivel ha aumentado y la marca que me pedían me permite estar entre los tres primeros del ranking”, ha apuntado.
Consciente de que el reto será mayúsculo, en la capital parisina peleará por su tercer metal paralímpico. “Voy a entrenar para ser competitivo y estar en esa lucha por las medallas. Pase lo que pase, quiero disfrutarlos porque posiblemente serán mis últimos. El premio es estar allí, mucha gente lo intenta y no tiene la suerte de llegar. Eso sí, no me conformo con solo participar, no renuncio a nada, pelearé por lo máximo”, ha añadido.
La cruz de la moneda le ha tocado a Gustavo Nieves, que estuvo durante 30 kilómetros corriendo junto a Alberto Suárez, pero la fortuna le dio la espalda en el kilómetro 35. “Cuando todo estaba casi hecho, un resbalón con una botella de agua que había en el circuito en la zona de avituallamiento, un latigazo en el gemelo al evitar irme al suelo y se acabó la carrera. Es momento de recuperar el ánimo, asimilar todo el trabajo hecho y volver a la carga”, ha lamentado el vigués, que tendrá otra oportunidad en febrero en Sevilla.
En la ciudad hispalense también se lo jugará todo a una carta para el billete paralímpico Mari Carmen Paredes y su guía Lorenzo Sánchez. Un resfriado no le ha permitido correr en Valencia. “Llevo desde el verano preparándola, sin lesiones, con muchas posibilidades de conseguir la mínima y, en el último mes, problemas de salud me han impedido intentarlo. Después de hacer 1:31 en la media de Valencia sabíamos que estaba a nuestro alcance. Ahora a ver lo que tardo en recuperarme y en continuar la preparación hasta Sevilla”, ha lamentado la catalana.