David cambia la silla de ruedas por la de montar

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David montando a 'Camarón' con Ana, su hermana y entrenadora. :: LV

Para David de la Iglesia González (Cartagena, 1987) la hípica es algo más que un deporte y una pasión. Gracias a ella ha podido dejar aparcada la silla de ruedas y empezar a valerse por sí solo. «Es una terapia excepcional para el equilibrio, para mejorar la rigidez de las piernas, para relacionarte y un sinfín de cosas buenas más», dice.

David tuvo un problema al nacer. Fue prematuro y nació con hidrocefalia, lo que le produjo una parálisis cerebral que afectó a su aparato locomotor. Hasta los siete años estuvo en una silla de ruedas, pero ya a esa edad montaba a caballo. Su familia tiene un picadero en Pedro Bernardo, un pueblo de Ávila, y ayudado por su hermana María, que se ha convertido en su entrenadora, se inició en la hípica.
«Al principio solo en plan de paseo. Los médicos me aconsejaron que la equinoterapia era muy buena para estos casos como complemento de la rehabilitación y me está ayudando muchísimo», explica. En Madrid se sometió a varias intervenciones quirúrgicas, «dos de ellas muy gordas», con resultados muy satisfactorios y empezó a recuperar la movilidad. «Afortunadamente ya me he olvidado de la silla de ruedas. Primero estuve con dos muletas y ahora solo utilizo una y solo de vez en cuando como apoyo».
Sus contactos con la Fundación para la Promoción Ecuestre (www.fundacionecuestre.org) le sirvieron para conocer más ventajas de lo que se denomina terapia con caballos. «Merece la pena porque están haciendo una labor muy positiva y de mucho mérito», remarca David. Su mejoría ha sido tan espectacular que actualmente forma parte del equipo paralímpico español de doma clásica que está tratando de sumar, en los concursos que compite, la puntuación suficiente que le clasifique para los Juegos Paralímpicos de Londres 2012. Lo suyo es un admirable caso de superación.
La Real Federación Hípica Española es la responsable de esta disciplina ante el Comité Paralímpico Internacional y, como tal, asume las funciones técnicas y logísticas del plan de clasificación, mientras que la Fundación para la Promoción del Deporte Ecuestre aporta los fondos suficientes para poder celebrar dicho plan.
Hace un par de años tuvo noticias de que había un curso de doma clásica para discapacitados en Madrid. «Me interesó y acudí. A partir de ahí inicié mi recorrido de competiciones disputando dos campeonatos de España y otros dos de carácter internacional. El último con el equipo nacional de paraecuestre en Italia».
En el picadero familiar tienen siete caballos y ‘Camarón’ es su favorito, con el que últimamente está compitiendo y del que espera que le ayude a clasificarse para los Paraolímpicos. Aunque lleva muchos años residiendo fuera de la Región de Murcia, estudia Informática en Salamanca, no ha perdido sus contactos ni sus amistades. «Desde hace 25 años vamos todos los veranos a Mazarrón».

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