Deportistas paralímpicos que estrenan disciplina en los Juegos

Ricardo Ten, Susana Rodríguez, Enrique Floriano, Pepi Benítez, Javier Reja y Álex Sánchez Palomero ya saben lo que es disputar una cita paralímpica, pero en Tokio debutan en una nueva modalidad.

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En el mundo paralímpico es algo común ver a deportistas que cambian de disciplina o que compaginan su deporte habitual con otros que les ayuden a mejorar. Son personas con talento y muy versátiles, capaces de mudar la piel para afrontar nuevos desafíos. En los Juegos de Tokio serán seis los españoles con experiencia en citas paralímpicas que se estrenarán ahora en modalidades diferentes: Ricardo Ten, Susana Rodríguez, Enrique Floriano, Pepi Benítez, Javier Reja y Álex Sánchez Palomero.

En la piscina forjó su leyenda, lo ganó todo durante más de dos décadas, 40 medallas internacionales y siete preseas (tres oros, una plata y tres bronces) en cinco Juegos. Pero tras Río de Janeiro 2016 la motivación por la natación se fue apagando y decidió colgar el gorro y el bañador para retomar su pasión de niño, la bicicleta. En cuatro años, el rendimiento de Ricardo Ten en ciclismo ha sido asombroso tanto en la pista como en el asfalto.

Sus resultados avalan su apuesta: 16 preseas en Copa del Mundo, en mundiales de carretera ganó una plata en Sudáfrica 2017, una plata y un bronce en Maniago (Italia) 2018, un oro en Emmen (Holanda) 2019, y un oro y una plata en Cascais (Portugal) 2021. Mientras que en el velódromo consiguió dos oros y un bronce en Río de Janeiro 2018, dos oros y un bronce en Apeldoorn (Holanda) 2019 y dos oros, una plata y un bronce en Milton (Canadá) 2020. Es su estreno como ciclista en unos Juegos, el abanderado español en Tokio apunta a medalla en las pruebas de persecución, velocidad por equipos, contrarreloj y ruta.

Otra deportista que hará historia en la capital japonesa es Susana Rodríguez. La triple campeona del mundo en triatlón no solo se enfundará el tritraje para nadar, pedalear y correr junto a su guía Sara Loehr en el circuito del Parque Marino de Odaiba, sino que también estará en el Estadio Olímpico para competir en los 1.500 metros lisos T11 acompañada por Celso Comesaña.

La gallega, número uno del mundo en categoría PTVI, llega a la ciudad tokiota como una de las favoritas para conquistar el oro. Y un día después se calzará las zapatillas de clavos para estar en la salida de tacos del ‘milqui’, prueba en la que ganó la plata en el Europeo de Bydgoszcz (Polonia) en junio y en la que aspira a colarse en la final. Podrá quitarse la espinita clavada que tenía desde Pekín 2008, cuando se quedó sin acudir como atleta pese a tener la mínima. “Me hace mucha ilusión, el atletismo es el deporte en el que empecé, estoy feliz, es un sueño hecho realidad participar en los dos deportes que me apasionan”, dice.

En triatlón también competirá Álex Sánchez Palomero. En un accidente de tráfico perdió la movilidad del brazo derecho, pero se rebeló a través del deporte para cimentar una gran trayectoria. Primero con la natación, en el agua cosechó grandes éxitos como un bronce en Pekín 2008. En Londres 2012 no le dejaron nadar con el brazo dentro del bañador, como había hecho siempre, por un cambio de normativa. No pudo rendir a su máximo nivel y aquello le afectó física y psicológicamente. Pero una vez más sacó su capacidad de resiliencia y el triatlón se convirtió en la nueva motivación.

En 2015 despegó y desde entonces ha sido tres veces subcampeón del mundo y dos de Europa, además de sumar numerosas medallas en Copa del Mundo y en Series Mundiales en clase PTS4. En todos estos años solo se ha bajado una vez del podio, fue esta temporada en Leeds porque se le enredó el neopreno y perdió mucho tiempo. En su categoría, el francés Alexis Hanquinquant está a un nivel descomunal y, salvo sorpresa, el oro será suyo. Pero el salmantino, que figura como número dos del ranking mundial, sí está en las quinielas para morder la plata o el bronce.

En Río 2016, Javier Reja se convirtió en el primer español en competir en piragüismo en unos Juegos Paralímpicos. Este año se quedó a las puertas del billete para Tokio en un deporte en el que ha sido campeón del mundo y de Europa, pero el remo le brindó otra oportunidad. En su debut como remero logró imponerse en la regata clasificatoria en Varese (Italia) y estará entre los mejores en PR1 Single Sculls.

También en el canal Sea Forest le acompañará el cuatro con timonel (PR3 Mix4+) español, una embarcación que dio la sorpresa en el Preolímpico de mayo en Gavirate (Italia), ya que con apenas unos meses de vida quedó tercera en la final, superando a países con mayor experiencia. Dos de sus tripulantes tienen un gran bagaje en otras disciplinas, pero son neófitos en remo. Son los casos de Enrique Floriano y de Pepi Benítez.

En las vitrinas del extremeño lucen nueve medallas paralímpicas (dos oros, una plata y un bronce en Sídney 2000, una plata y dos bronces en Atenas 2004, una plata en Pekín 2008 y otra plata en Londres 2012), 40 mundiales y más de 30 europeas como nadador. Sin embargo, en ninguna de ellas experimentó la sensación tan especial que le dejó la clasificación para Tokio con el remo, modalidad con la que se ha reinventado y ha recuperado la ilusión por la competición. Por su parte, la catalana, polifacética deportista y pura dinamita, a sus 52 años disputará sus terceros Juegos. En sus primeros, en Londres 2012, ganó una plata como ciclista en la ruta junto a la piloto Mayalen Noriega.

En los 13 anteriores Juegos de Verano han sido numerosos los deportistas españoles que han competido en diversas disciplinas. En las primeras ediciones era habitual ver a jugadores de la selección española de baloncesto en silla de ruedas participar también en otras pruebas. Algunos casos curiosos son los de Federico Llorens, que en Tel Aviv 1968 compitió en atletismo, tenis de mesa y dartchery (combinaba el tiro con arco y los dardos) o el de Eloy Guerrero, que hizo baloncesto, tenis de mesa y atletismo en Heidelberg 1972.

Matilde Ruiz fue una de las pioneras femeninas, ya que en Arnhem 1980 participó en atletismo y en natación, mientras que en Barcelona 1992 formó parte del equipo de baloncesto. En esos Juegos de la Ciudad Condal, el catalán Jorge Mendoza ganó el oro en lanzamiento de jabalina y el bronce en pentatlón, y cuatro años después en Atlanta 1996 se llevó el bronce en goalball. También ha habido algunos que pasaron del atletismo al ciclismo, como Ignacio Ávila -campeón del mundo en tándem en pista y plata en ruta en Río 2016- y José Vicente Arzo, que en Pekín 2008 ganó la plata en la contrarreloj. Y otro caso llamativo es el del cántabro Carlos Fernández Colaso, que participó en tres Juegos y en tres deportes distintos (vela en Atlanta 1996, fútbol 7 en Sídney 2000 y atletismo en Atenas 2004).

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