Francisco Castro/ vivelohoy.com – Fueron casi 500 estudiantes especiales de 48 escuelas primarias e intermedias del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) que participaron en la competencia Special Olympics (Olimpiadas Especiales) organizada recientemente en esta ciudad.
“Ellos son tan apasionados sobre la competencia como cualquier otro atleta”, dijo Cyndi Martinich, coordinadora de Educación Física Adaptada del LAUSD. “Ellos [los estudiantes] obtienen todos los beneficios que logran los atletas, mejoran su auto-estima y su condición física, lo que les supone mejorías cognitivas”.
En el evento, realizado en el Colegio Comunitario de Compton, estuvieron presentes también padres de familia, que echaban porras a sus hijos y unos 200 voluntarios, que ayudaron en el evento.
“Muchos de estos padres nunca pensaron que sus hijos participarían en una competencia atlética. Para ellos, esto no tiene comparación”, agregó Martinich.
Esse es el caso de Lillibeth Padilla, estudiante de 10 años de edad en la Escuela Primaria Shenandoah, ubicada en el Oeste de Los Ángeles. Ella nació con falla renal crónica. Al nacer, la estudiante del cuarto grado pasó tres meses en el hospital.
“Los doctores la desahuciaron, decían que no iba a vivir. Su papá pensó que no iba a poder caminar”, relató su madre, Evelyn Padilla, originaria de El Salvador.
Pero la niña, que no consume alimentos sólidos y se alimenta con líquidos a través de un tubo, venció todos los pronósticos y sigue viva. Durante su primera intervención en la competencia Special Olympics ganó una carrera de 100 yardas para estudiantes de escuelas primarias.
“Tengo ganas de llorar”, expresó la madre, mientras abrazaba efusivamente a su hija, después de que ella cruzó la meta final.
“Estos niños tienen muchas barreras en su vida. Poder participar y ganar es una victoria para ellos”, dijo la madre, visiblemente emocionada. “Esto prueba que pueden lograr lo que quieren en la vida”.
Contra los pronósticos
Una emoción similar vivió la madre de Diana Tecuapetla, cuando la vio compitiendo en una carrera de 50 yardas.
A los ocho meses de nacida, Diana fue diagnosticada con neuroblastoma, cáncer detrás del corazón.
“[Los doctores] le daban [como] máximo dos horas a dos meses de vida”, dijo la madre de la niña, la Felipa Jarquín, de Oaxaca, México. “Me dijeron que si lograba sobrevivir, no iba a caminar”.
La pequeña tuvo que someterse a tratamientos de quimioterapia y la enfermedad le afectó el sistema nervioso y el habla. No obstante, la niña de 10 años sobrevivió y aunque anduvo en silla de ruedas por un tiempo, luego aprendió a caminar y al verla correr en la competencia de Special Olympics, Jarquín estaba “súper emocionada”.
“Es muy emocionante verla competir ahora en una carrera”, manifestó.
Igual de emocionado estaba Jorge Arzú, de 8 años y estudiante de la escuela primaria Los Ángeles que, ayudado por una caminadora, participó en una carrera de 25 yardas.
“Me gustó correr y todo eso. Hice las cosas que tenía que hacer”, dijo el chico, que llegó en tercer lugar.
Pero eso es lo de menos, al ver la sonrisa y la emoción en su rostro, dijo
“Esto les permite ser parte de algo ‘normal’… Es muy emocionante para ellos”, dijo Ed Ramos, quien asiste al niño en la escuela y lo acompaña todo el tiempo. “Para mí, verlo aquí es increíble, no hay palabras para describirlo”.
El LAUSD y Special Olympics organizan este evento en el otoño y la primavera. También tienen dos torneos de fútbol. Muchos de los niños que participaron en este torneo participan también en la competencia general de Special Olympics.