noticiasespanolas.es – “¿Cómo puede una persona conducir con los pies? Eso lo piensa alguien que tiene brazos y eso es lo que pensaba también la Dirección General de Tráfico hasta que la autoescuela Irrintzi, en Basauri (cerca de Bilbao), le convenció hace unos años de que era posible”, cuenta Javier Hernández, un exnadador paralímpico que se ha convertido en el tercer europeo en sacarse el carné de conducir con los pies.
El maño le resta importancia. “Nací sin brazos en un mundo diseñado para tenerlos, por eso mi mapa cerebral no es el mismo que el de los demás. Desde niño estoy acostumbrado a dar órdenes a mis pies y que funcionen como manos. Para mí no tiene mérito”, dice.
¿Y cómo se conduce con los pies? “Existen dos dispositivos a modo de palanca, uno para cada pie. Con el izquierdo mueves la palanca de norte a sur. Si la llevas para adelante, frenas; si la llevas para atrás, aceleras. Con el derecho mueves el volante y el eje de la palanca es este-oeste, es decir, si la llevas a la derecha, el volante gira a la derecha; si lo llevas a la izquierda, gira en esa dirección. El cambio de marchas es automático y el resto de órdenes las das a través de un botón, dependiendo del tiempo que lo tengas presionado, pones los intermitentes, las luces, etc. Es un lenguaje que hay que ir aprendiendo”, explica.
EL DATO
120
clases tuvo que dar antes de sacarse el carné
Pero además de tener ganas y tiempo para aprenderlo, hay que tener ahorros porque el rodaje que tienen que llevar en este tipo de carné para el examen es superior al habitual. “Si la media a la hora de sacarse el práctico es de unas 30 clases (400-500 kilómetros), en nuestro caso es en torno a 2.000 kilómetros. Yo me presenté con dos mil y pico, 120 clases” , cuenta Javier. “Y cada clase es en torno a un 20% más cara. Y luego, a la hora de comprar un coche, tendría que comprar uno normal y luego adaptarlo. Para que te hagas una idea, un coche de gama media al final me saldría por unos 50.000 euros”, añade.
Toda esta experiencia ha sido recogida en un documental que verá la luz en breve y que se llamará ‘L de libertad’ . “Quiero compartir con la sociedad un mensaje de valentía”, explica.
Javier Hernández
“Nací sin brazos en un mundo que está diseñado para tenerlos”
Sacarse el carné de conducir ha sido su último reto pero la lista de logros es larga. Estudió Periodismo en la Universidad de Barcelona, a la que entró por la nota de corte, no por el cupo de discapacidad. Después trabajó siete años en periódicos tecleando con los pies. “Ahora tengo más de 200 pulsaciones por minuto. La claves es esforzarte. Hay muchas cosas que no he podido hacer, pero al menos las he intentado”, afirma.
De periodista a los Juegos Paralímpicos como deportista de élite
Su pasión siempre ha sido el deporte. “Jugaba al voleibol y al tenis con los pies porque se puede, nadaba y, sobre todo, jugaba al fútbol con mis amigos y no se me daba nada mal” , dice. Tras su paso por la Universidad, se dedicó al periodismo deportivo hasta que con 30 años decidió vivir el deporte desde el otro lado e intentar clasificarse para unos Juegos Paralímpicos en natación. Era 2009 y el reto era llegar a los de Londres 2012.
Javier Hernández
“Cada clase de conducir era en torno a un 20% más cara”
Empezó a entrenar 40 horas a la semana, “como si fuera un trabajo”, y consiguió no sólo el billete a los Juegos sino una vez allí, meterse en una final. “Recuerdo la cara que me puso el entrenador cuando tres años antes le pregunté qué había que hacer para estar en unos Juegos Paralímpicos, pero estoy acostumbrado a proponer cosas y que me miren como si estuviese loco”, cuenta riendo.
Entrenador de fútbol
Volvió de Londres con la rodilla derecha un poco maltrecha como para poder seguir en el deporte de élite, por eso Javier decidió dar de nuevo un giro a su vida. Su pasión siempre había sido el fútbol y decidió sacarse el Título de entrenador profesional por la Asociación de Técnicos de Fútbol Argentino y el de Director Deportivo por la RFEF, “el mismo que tiene Carles Puyol”, apuntilla. “No sé si dirigiré algún día a un equipo o formaré parte de un cuerpo técnico. Por soñar, me gustaría el Zaragoza, que es mi equipo pero se trata de llenar el llavero de llaves y ver qué puerta se abre”, dice.
Javier Hernández
“Se trata de llenar el llavero de llaves y a ver qué puerta se abre”
De momento se ha abierto la de dar conferencias motivacionales. Ha dado 75 en año y medio bajo el título ‘De los pies a la cabeza’. “El deporte es fundamental. Desde pequeño me ayudó a socializarme y te exige superarte y te enseña a convivir con la derrota, de la que tenemos muy mal concepto”, dice.
“Todos tenemos nuestras circunstancias. No ha nacido el ser humano perfecto y hay que convivir con nuestras imperfecciones. No me considero parte de un colectivo. Seguramente si tuviera brazos no tendría cosas que ahora mismo sí tengo. Es como una partida de cartas, te reparten y con ellas tienes que llegar lo más lejos posible. Hay que optimizar los recursos que te han tocado. Se trata de sacar el máximo rendimiento a la vida”, añade.
Javier Hernández
“No ha nacido el ser humano perfecto y hay que convivir con nuestras imperfecciones”
Javier anima a la gente a atreverse a hacer las cosas por muy complicadas que parezcan, a no tirar la toalla porque muchas veces el mejor premio no es alcanzar el objetivo, es el camino hacia él y a tomarse la vida con humor, aunque las circunstancias no sean las mejores. “El humor es una herramienta fundamental y es lo último que hay que perder, incluso por detrás de la esperanza”, dice.
Gran sentido del humor
Y él lo demuestra hasta en pequeños detalles como su apodo: ‘Sepia’ Hernández (@SepiaHdez). “El mote me lo puse yo antes de que a algún amigo gracioso se le ocurriera alguno peor. Al no tener brazos, debo de ser de la familia de los cefalópodos, que tienen cabeza y pies. Mi estilo nadando era similar al de una sepia”, dice riendo. “Además, siempre he tenido mucha afinidad con el periodismo argentino y allí son muy dados a poner motes a los futbolistas”, dice.
Javier Hernández
“Hay que centrarse en lo que tienes y no en lo que te falta”
“Hay que centrarse en lo que tienes y no en lo que te falta, en la solución y no en el problema. Esa es mi filosofía”, señala a modo de resumen.