El futuro Nadal paralímpico

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Marca/ A pesar de su corta edad, 15 años, Martín de la Puente lleva más de una década devolviendo con su raqueta los golpes que le ha ido dando la vida. El primer revés llegó cuando no había cumplido aún los cinco años.

“De repente un dedo empezó a crecer más de lo normal. Fuimos al hospital de Vigo y de allí nos mandaron a Madrid. Rápidamente nos dieron el diagnóstico”, cuenta. Padecía una enfermedad rara llamada síndrome de Proteus, que causa un crecimiento excesivo de la piel y un desarrollo anormal de los huesos, músculos, tejido adiposo y vasos sanguíneos y linfáticos.

16 operaciones en 10 años Desde entonces Martín se ha sometido a 16 intervenciones en una década. “Vas actuando conforme actúa la enfermedad. Hace un año o así fue la última”, recuerda. “Ya estoy un poco cansado. El tenis me sirve para poder olvidarme porque es un hoyo. Además, me da nuevos amigos y momentos de mucha felicidad”.

Ya lo practicaba antes de tener que someterse, “con siete u ocho años” a la amputación de parte de su pierna izquierda. Pasaron tres años hasta que Martín probó el tenis en silla de ruedas. No sabía que existía y fueron su entrenador y Álvaro Illobre, uno de los jugadores españoles de referencia, quienes le animaron a practicarlo.

“Al principio no me quería subir a la silla. Veía aquel armatoste y no me quería montar”, confiesa. “En el fondo no es muy diferente, es jugar más alto pero en el golpeo es lo mismo. Lo que cambia es darle a la rueda. Me acabó gustando y ahora estoy intentando hacerme un hueco”.

Y lo está consiguiendo. Es el número 1 del ránking mundial júnior, empatado a puntos con el británico Alfie Hewett, dominador desde 2013. El gallego, además, lidera el ránking nacional.

Selección y Río 2016 Entre sus objetivos a corto plazo está formar parte de la selección absoluta. David Sanz, el seleccionador, le sigue de cerca: “No es una promesa, es ya una realidad. Este año irá dejando los torneos junior porque nos interesa que pase ya al cuadro absoluto. Hasta octubre o noviembre será clave para ver incluso sus opciones de estar en Río”, añade.

Ése es el sueño de Martín, poder participar en sus primeros Juegos Paralímpicos. Para ello tiene que estar entre los 32 mejores del mundo y ahora es el 50. “Está muy difícil pero voy a intentarlo. Si no sale no pasa nada, para Tokio 2020″, dice.

Su principal virtud en la pista es su buena cabeza. “Es un jugador valiente que toma decisiones arriesgadas y eso no es lo habitual a su edad. Ese es el punto que marca la diferencia. Tiene la cabeza muy bien amueblada”, reconoce el seleccionador nacional.

“Cuanto más esfuerzo haga, más se reflejará en la pista. Poco a poco voy subiendo escalones. La escalera es muy larga, a ver si conseguimos llegar a lo más alto”, dice Martín.

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