abc.es – Durante este fin de semana se ha disputado en la galería de tiro de Prado Salobre, en Lardero (La Rioja), una de las fases de clasificación para el Campeonato de España de Tiro Olímpico para ciegos y deficientes visuales, en el que han participado deportistas del norte del país en busca de dos plazas para la fase final.
En las últimas décadas se han «adaptado» muchos deportes a la práctica por personas que tienen deficiencia visual, total o parcial, y el tiro olímpico es uno de los últimos en hacerlo.
La tecnología ha jugado un importante papel en el proceso, que se basa en proyectar un haz de luz de colores (con tonalidades del gris al blanco) sobre la diana, con diferente tono según se aproxime al centro.
La gama de colores se transforma electrónicamente en una gama de sonidos, un pitido que va de más grave a más agudo, en función de la distancia al centro del blanco; el tirador escucha ese pitido a través de la mira telescópica de su carabina y dispara justo en el momento que cree que ha oído el nivel más agudo.
Además de la precisión en el oído el participante debe tener el pulso lo más firme posible para evitar que su disparo se desvíe; cada tirador puede recibir una ayuda de un guía para que le explique como ha sido su disparo, pero deben hacerlo sin hablar.
La precisión es muy alta, como demuestra el que la «media» de las marcas logradas por tiradores invidentes supere los 580 puntos (con 60 disparos) en competición, más o menos diez por debajo de los tiradores federados, según ha explicado a EFE uno de los técnicos de la Federación Española de Deportes para Deficientes Visuales, Antonio Cobo.
«No sé si será cierto que las personas con ceguera tienen el oído más desarrollado, pero lo que está claro que es que este es un deporte de precisión y se apunta con el oído».
Ahora este tiro olímpico para invidentes pretende ser declarado paralímpico, para lo que necesita mayor volumen de participación, tanto en España, donde hay medio centenar de practicantes, como en todo el mundo, ya que prácticamente es una modalidad europea.
Pero, en cualquier caso, «para nosotros es otra forma de integración, como lo es cualquier modalidad deportiva que podamos hacer», ha relatado a EFE uno de los participantes en el campeonato, el navarro Miguel Rodríguez.
«La única diferencia con el tiro olímpico normal es la velocidad de reacción, porque la vista es más rápida que el oído, pero en todo lo demás tenemos las mismas necesidades de entrenamiento y concentración», explica Rodríguez.EFE/ep