En una mañana con luz primaveral y bajo un cielo azul intenso, Elena Congost, reapareció de manera inesperada para hacer la mínima A en categoría T12 (deportistas con discapacidad visual) para los Juegos Paralímpicos de París. La barcelonesa, de 36 años, se impuso en la maratón de Sevilla y ha aprovechado la oportunidad en su vuelta a la competición.
La campeona paralímpica en Río de Janeiro 2016 ha regresado a lo grande casi ocho años después de convertirse en la primera maratoniana en ganar un oro en unos Juegos, al superar ampliamente la marca exigida, ya que paró el crono en 3:05.08. “Después de ganar en Brasil fui madre y en mayo de 2021 también, así que me dejaron en casa y no me llevaron a la cita de Tokio, fue un chasco para mí. En abril del pasado año tuve a mi cuarto hijo y mi marido me retó a volver. El 18 de septiembre empecé a entrenar desde cero y ahora me he clasificado para París, ha sido una sorpresa”, ha comentado.
Era su primera maratón desde 2016 y ha demostrado el gran talento y la energía que atesoran sus piernas. “La de Sevilla me la tomaba como una prueba de selectividad, me daba igual la marca. Iba con miedo, pensaba en que en algún momento llegaría el muro y me estamparía, salí a sufrir, consciente de que iba al matadero. Fui prudente, pero cuando vi que respondía bien y a mitad del recorrido tenía margen para la mínima, mantuve un ritmo alto y acabé súper bien. Las sensaciones son fantásticas, y eso que me daba ya por mi retirada”, ha añadido riendo. Los de París 2024 serán sus quintos Juegos tras los de Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 -plata en 1.500 metros- y Río 2016 -oro en maratón-.
En la ciudad francesa le acompañará la incombustible Mari Carmen Paredes que también continúa devorando kilómetros y cosechando éxitos sobre el asfalto. A sus 61 años, la atleta española, guiada por su marido Lorenzo Sánchez, ha sellado su pasaporte para los Juegos de París 2024. Lo ha hecho al conseguir la mínima A, tras unos problemas de salud que le impidieron participar en la cita de Valencia. La pareja fue aumentando el ritmo en una aceleración progresiva entre los lugares más emblemáticos de la ciudad hispalense, como la Plaza de España, la Torre del Oro, La Giralda, el Parque de María Luisa o la Maestranza.
Atados por una cuerda, corriendo acompasados, con la misma cadencia y amplitud, las piernas de Paredes y Sánchez tuvieron gasolina suficiente en el depósito para cruzar la meta y cumplir el objetivo. Pararon el crono en 3:10.48, con un margen de 25 segundos sobre la mínima A (3:11.13) que le pedía el Comité Paralímpico Español. “En el último kilómetro pensé en pararme porque me dio un dolor costal, pero seguimos adelante, había que lucharlo. Se alinearon los astros, el día era estupendo para correr, la temperatura magnífica, sin viento, y aquí está la recompensa al trabajo de todas estas semanas”, ha explicado.
La dupla se clasifica de esta forma para sus terceros Juegos. En Río de Janeiro 2016 no pudieron acabar la prueba por una deshidratación de la atleta barcelonesa y en Tokio 2020 finalizaron en la novena posición. “Hemos hecho los deberes y ahora es el CPE el que decide si llevarnos o no. En caso de ir, que esperemos que sí, serán los terceros y seguro que muy diferentes a los dos que hemos vivido. Los de Río fueron raros porque había mucho control militar y también estaba el virus de Zika, y los de Tokio, en plena pandemia por la Covid, fue como estar encerrados en una jaula de cristal. Así que París lo acogemos con mucha ilusión, con ganas de disfrutar de la gran fiesta del deporte”, ha añadido.
Junto a ellas estará también el asturiano Alberto Suárez, que logró la mínima B en Valencia. Y falta por saber si se unirá el gallego Gustavo Nieves, que sigue recuperándose de una lesión en el gemelo y prefirió no arriesgar. Lo intentará en abril en la maratón de Hamburgo, aunque el CPE puso de fecha máxima el 1 de marzo para conseguir una marca mínima.