Ana Mengíbar – Padres y alumnos se manifestaron el martes por las calles de Valle Gran Rey para mostrar “a los organismos competentes, tanto Ayuntamiento como Consejería y Cabildo”, el malestar que existe en el CEO Nereida Díaz Abreu, con la situación que sigue viviendo desde hace tres años Josué Negrín Cruz, estudiante de Segundo de la ESO.
Este joven alumno necesita diariamente, para entrar y salir del colegio, de la ayuda de dos trabajadores de ese centro, en el barrio de Borbalán, ante la carencia de una rampa que posibilite el acceso a las aulas por sus propios medios.
En esa protesta, los alumnos denunciaron que “se está atentando contra el derecho a la educación de nuestro compañero, y que las autoridades competentes deben garantizar ese derecho dando las facilidades necesarias para que curse sus estudios”, a la vez que pedían a las autoridades competentes, como ya lo habían hecho a mediados de febrero, que “la alternativa que se tome sea definitiva, ya que no solamente reivindicamos una solución para Josué, sino para todo estudiante que pueda encontrarse en la misma situación en un futuro.
Josué Negrín no puede asistir, además, a todas las clases ni al recreo, al tener el colegio dos plantas y “estar hecho de retales”, como reconoció el alcalde de Valle Gran Rey, Miguel Ángel Hernández.
El edil confirmó ayer a este periódico que hace diez días se reunió con Demetrio Suárez, director de centros e infraestructuras de la Consejería de Educación, y “quedamos en la necesidad de redactar un proyecto para solucionar la accesibilidad al colegio y eliminar las barreras arquitectónicas” y afirmó con rotundidad que “la idea es que sea para ya, no para el próximo curso”, y en esa idea estaría “la construcción de una rampa y la de un ascensor”.