planetaolimpico.es – Pasamos la vida poniendo excusas para justificar por qué hacemos o dejamos de hacer determinadas cosas. Caemos en el conformismo porque decimos que el papel que nos ha tocado en esta vida consiste en no destacar en nada. Sin embargo, de vez en cuando surgen personas que nos muestran la verdadera naturaleza de nuestra existencia.
Hace poco le regalaron a mi hijo uno de esa chalecos de plumas que tan de moda están últimamente. Nada más abrochárselo metió sus brazos dentro del chaleco y dijo:
-Mira mamá, no tengo brazos.
Su lógica aplastante le había llevado a decidir que si la prenda no tenía mangas, él tampoco debía tener brazos. Como todos los niños, mi pequeño siempre está dispuesto a jugar y a aceptar retos así que le propuse que siguiera con los brazos dentro del chaleco y que probara a hacer todo lo que quisiera, pero sin brazos.
Fue muy interesante comprobar que tiene gran facilidad para aceptar las reglas del juego y que es bastante listo porque decidió hacer actividades en las que no fuera necesario usar los brazos como jugar al fútbol o bailar. El juego terminó cuando le entró sed, tuvo ganas de hacer pis, y quiso montar en bici. Lo intentó. Pero no fue capaz de hacer ninguna de las tres cosas sin mi ayuda. Acabó sacando los brazos y haciéndolo él mismo. Definitivamente, ni nuestro mundo ni nuestra sociedad están concebidos ni preparados para vivir sin brazos.
Javier Hernández ya tiene casi 37 años pero su niño anterior sigue funcionando a la perfección. Acepta con gusto el reto que la vida le plantea cada día. Juega y se divierte con las dificultades que se le presentan en cada paso que da y busca la manera de resolver cada problema. Pero además, se mide, se pone a prueba y se desafía a sí mismo constantemente.
Nació un 13 de junio de 1979 sin brazos y con una pierna más corta que otra. Este zaragozano orgulloso de su tierra, no sabe lo que es la autocompasión ni la condescendencia porque siempre se ha sentido fuerte y poderoso a pesar de vivir en un mundo en el que no tener brazos es bastante complicado.
Desde muy pequeño quiso que se le considerara uno más y mostró una gran voluntad para superar todo tipo de obstáculos tanto físicos, como mentales. De ahí nace su último proyecto, la Asociación De los pies a la cabeza cuya actividad está dirigida a ayudar a todas aquellas personas que necesiten empuje y optimismo para llevar a cabo sus retos, sean cuales sean. Para ello utiliza los valores educativos del deporte puesto que es el vehículo que le ha llevado a lograr todo lo que ha conseguido, que no es poco.
Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona desde 2001. Ejerció la profesión de periodista deportivo en el Heraldo de Aragón y fue comentarista de los partidos del Real Zaragoza en Radio Marca. Gracias a su labor periodística entabló amistad con Luciano Martín Galletti y en 2011 publicó, junto a su socio, el fotógrafo Alfonso Reyes, la biografía del futbolista titulada El Hueso hasta la médula.
Pero esto no es nada. El que piense que la vida de un hombre sin brazos está limitada, es que no conoce a Javier Hernández. Es capaz de escribir con sus pies en cualquier teclado a más de 220 pulsaciones por minuto. Fue la tercera persona en Europa en obtener el Carnet de Conducir con los pies. Posee el título de Entrenador de la Asociación de Técnicos de Fútbol Argentinos y el de Director Técnico de la Real Federación Española de Fútbol. Está titulado en Liderazgo y Coaching Deportivo y disputó una Final de Natación en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.
Planeta Olímpico: Cómo fue posible que un periodista deportivo se convirtiera en un deportista de élite y acabara disputando una Final en unos Juegos Paralímpicos.
Javier Hernández: Me quise dar una oportunidad. Para mí el deporte desde niño fue una herramienta fundamental porque me permitió socializar con el resto de mis compañeros y amigos. Nunca he dejado de practicar deporte. A finales de 2008 me planteé convertirme en deportista paralímpico. Quería jugar al fútbol. Pero me dijeron, “chato, sólo puedes jugar al fútbol si eres ciego o tienes parálisis cerebral. Con tus características sólo puedes hacer natación o atletismo”. Así que con 30 años decidí empezar a entrenar para intentar llegar a los Juegos de Londres. Y así se lo dije a mi entrenador en mi primer entrenamiento.
P.O: Le parecería una locura…
J.H: Pues sí. Pero después, al verme entrenar, ya no le pareció tan descabellado.
P.O: ¿Crees que plantearse metas altas supone que uno se mida y se esfuerce hasta el punto de ser capaz de conseguirlas?
J.H: Sin duda. Somos reacios a ponernos metas altas porque no convivimos bien con la derrota. En una sociedad que sólo valora al mejor en cada disciplina está señalando al que no es el mejor, que son todos los demás. El día en el que comprendamos que la única valoración posible es con uno mismo haremos una sociedad mucho más saludable y justa.
P.O: Pero por inalcanzable que pereciera esa meta, lo lograste. No sólo fuiste a Londres sino que te metiste en una Final.
Participé en 3 competiciones: 150 combinado SM3, 50 braza SB3 y 50 espalda S3. Disputé la final en 50m espalda S3 y terminé octavo.
P.O: También has ganado 13 medallas de oro en Campeonatos Nacionales y batiste el récord de España en 150 combinado SM3.Pero después de Londres dejaste de competir.
J.H: Fue por culpa de una lesión de rodilla.
P.O: Tienes un gran palmarés para tener una carrera tan corta. No quiero ni imaginar lo que hubieses logrado de haber empezado a entrenar con 10 años. En ese periodo de tiempo en el que entrenabas para los Juegos también te sacaste el título de entrenador de Fútbol en Argentina. ¿Por qué allí y no en España?
J.H: Porque el oficio de periodista me llevó hasta allí muchas veces. Tradicionalmente el Real Zaragoza siempre ha contado con jugadores argentinos en sus filas y gracias a la época en la que ejercí como periodista deportivo conocí a Luciano Galletti, Pablo Aimar, Gabi y Diego Milito. En 2004 Galletti marcó el gol que le dio el último título conseguido por el Real Zaragoza, el de Campeón de la Copa del Rey frente al Real Madrid en el estadio de Montjuic. Galletti tuvo que retirarse antes de tiempo, quizás en el mejor momento de su carrera, porque se le activó una enfermedad renal. A Alfonso Reyes y a mí nos pareció buena idea contar su historia y fue una excusa perfecta para volver a la Argentina y aprovechar el tiempo preparando el examen de entrenador.
En 2004 Javier Hernández y el fotógrafo Alfonso Reyes coincidieron trabajando en el periódico el Heraldo de Aragón. Alfonso sostiene que gracias a él a aprendido a hacer muchas más cosas de las que hubiese hecho solo. Desde entonces caminan juntos en cada proyecto que emprenden.
Alfonso Reyes: La primera vez que vi a Javi en el periódico me llamó la atención porque no tenía brazos pero en la segunda charla que compartimos me di cuenta de que si hubiéramos ido juntos al colegio hubiésemos sido amigos desde la infancia. Junto a él, además de desarrollar mi profesión de fotógrafo, he aprendido a ser periodista, comercial, experto en marketing…
P.O: Y ¿cómo se consigue todo eso?
A.R: El secreto está en acercarse a lo desconocido para poder superar los miedos. Con Javi me di cuenta de que las barreras, los obstáculos, no están en la persona a la que miramos porque no tiene brazos sino en los que miran. Si observas a Javi y ves todo lo que hace te dices: Madre mía, si Javi hace todo esto, ¿cómo no voy a hacerlo yo? Y al final llegas a la conclusión de que no tener brazos es una característica más de una persona, como ser alto, bajo o tener los ojos verdes.
P.O: ¿Es el deporte paralímpico, el deporte adaptado, el vehículo ideal para normalizar la situación de las personas con discapacidad por la visibilidad que da a este colectivo?
J.H: Sin duda. Pero todavía se enseña y se ve muy poco. Es uno de los puntos de partida para que social y culturalmente demos un paso adelante. Las cosas se vuelven normales cuando te acostumbras a ellas. Por eso necesitamos que se nos vea. Incluso, debemos exhibirnos porque necesitamos trascender. Por eso es importante que el deporte adaptado tenga eco en los medios de comunicación. Pero el eco y el impacto en la actualidad son mínimos. Y esto que digo es un ejercicio de autocrítica porque durante los años que ejercí como periodista apenas le presté atención al deporte paralímpico. Los medios miran más el medallero que el deporte. Conocemos algunos nombres pero no sabemos cuál ha sido su camino para lograr esos éxitos.
P.O: España es uno de los países que más medallas tiene en los Juegos Paralímpicos.
J.H: Sí, y están muy bien los reconocimientos y los homenajes por haber conseguido los títulos y las medallas pero muchos cambiaríamos todos los reconocimientos por tener más visibilidad.
P.O: Precisamente en tu disciplina, la natación, hay muchos nombres fácilmente reconocibles por los medios y la sociedad como Teresa Perales, Xavi Torres o Ricardo Ten.
J.H: Tienen más notoriedad que el resto de deportes pero el problema es que nos falta madurez social. Insisto, necesitamos que nuestros deportes sean más visibles. Por poner un ejemplo, durante los días que duraron los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, en el periódico The Guardian las 16 primeras páginas estuvieron dedicadas a informar sobre las pruebas que se disputaban y el resto a la información general de los otros deportes. Pues bien, coincidió que se retiró del fútbol un mito como John Tierry y esa noticia apareció en la página 17. Es algo impensable en los medios de España.
P.O: Después de dejar la élite de la competición comenzó tu camino como conferenciante y nació la Asociación De los pies a la cabeza en la que trabajáis los dos junto a Pablo Toboso. ¿Cómo surge la idea de crear la Asociación?
A.R: Javi no suele dar importancia lo que hace pero el reto de ser olímpico sin haber entrenado antes de los 30 años es un buen ejemplo motivacional para cualquier aspecto de la vida. Y así nació la Asociación, utilizando esos valores que le han servido a Javi a lo largo de su vida para intentar llegar a la gente porque las reflexiones que Javi ha hecho como individuo deberíamos asumirlas como sociedad.
P.O: Además de las conferencias, ¿qué otras cosas habéis hecho?
A.R: Hemos publicado el libro De los pies a la cabeza, que ha escrito por Javi, una colección de fotografías mías titulada Pies de Foto y hemos rodado el cortometraje L de Libertad mostrando cómo fue el proceso en que Javi obtuvo el carnet de conducir con los pies.