Judith Rodríguez conquista un histórico oro en la Copa del Mundo de esgrima 

La viguesa debuta a lo grande en una prueba internacional con un triunfo de prestigio en espada en Sao Paulo. Rompe una sequía de 12 años sin medallas para España en esta competición. 

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Veni, vidi, vici. Como Julio César en la batalla de Zela, Judith Rodríguez, el nuevo valor de la esgrima española en silla de ruedas, llegó, vio y venció en la Copa del Mundo de Sao Paulo. La competición en la ciudad brasileña era su bautismo internacional, escenario donde ha presentado unas credenciales que le auguran un presente y un futuro prometedor e ilusionante, gracias al histórico oro que ha conquistado blandiendo la espada.

La viguesa frena así una sequía de 12 años sin medallas para España. La última la consiguió el malagueño Carlos Soler, actual seleccionador nacional, en 2010 en Hungría con un bronce. El mismo metal logró Gema Hassen-Bey en Oviedo 1999, y desde entonces, ninguna ‘mosquetera’ española había subido al podio en Copa del Mundo. Valiente, tenaz y voraz, en su debut no se arrugó ante rivales con mayor bagaje y experiencia, sacó a relucir su talento, agresividad, estrategia, técnica y envergadura hasta proclamarse campeona.

En la poule cosechó cuatro victorias frente a la brasileña Rudineia Manica (5-0), a la francesa Brianna Vide (5-0), a la surcoreana Hyo Kyeong Kwon (5-3) y a la tailandesa Duean Nakprasit (5-1), mientras que solo cedió con la británica Gemma Collis (3-5). En el tablón de 16 venció con solvencia a la brasileña Carminha Oliveira por 15-5, en cuartos de final superó a la coreana Seung Ri Shin por 15-11 y en semifinales se tomó la revancha ante la británica Collis y ganó por 15-9. En la final se midió de nuevo a la asiática Kwon en un duelo muy igualado en el que ninguna ofrecía tregua. Después de ir 13-13, dos tocados seguidos de Judith le otorgaban la presea dorada.

Explosión de júbilo, lágrimas de alegría y abrazo con su compañera Begoña Garrido -fue 12ª en florete, 10ª en espada y 9ª en sable-. “Estoy muy emocionada y contenta. Ha sido muy disputado, cuando me puse 14-13 me dije que tenía que tocar como sea. Estoy que no me lo creo, es una recompensa a todo el trabajo realizado durante este tiempo desde que tuve el accidente hasta ahora, es uno de los momentos más felices de mi vida”, recalca la viguesa, que unas horas antes se quedó a las puertas de las medallas en florete tras ser quinta, misma posición que ocupó en sable.

De pequeña, su vida giraba en torno a la esgrima, películas como ‘Piratas del Caribe’ y ‘Peter Pan’ le espolearon a empuñar un florete con ocho años. Creció entre caretas, chaquetillas y estocadas, fue cinco veces campeona de España por equipos e internacional con la selección absoluta. Pero en junio de 2018 un accidente de tráfico frenó sus sueños. Regresaba a casa tras ganar una plata con sus compañeras del Club Esgrima Vigo El Olivo en el campeonato nacional en Boadilla del Monte (Madrid). El vehículo en el que viajaba se salió de la vía y volcó en la mediana de la autopista a la altura de Navas de San Antonio (Segovia).

“Me había seccionado la pierna derecha por debajo de la rodilla, colgaba de un hilo y sabía que no la iba a salvar. También tenía el brazo roto y estaba atrapada. No paraba de sangrar y llegué a pensar que ahí moriría. Mientras esperábamos al helicóptero que me trasladó al Hospital Clínico de Valladolid, llamé a gritos a mi maestro, Manolo Mariño, que llegó 20 minutos después del suceso, y le dije: Quiero seguir haciendo esgrima”, rememora. Le costó asumir que ya no volvería a practicar la esgrima tradicional, tardó mucho en regresar a la sala de su club y le fue difícil incluso ver competir a sus compañeras.

Pero su amor por este deporte era tan grande, que una vez preparada mentalmente, buscó por internet la modalidad adaptada. Al principio era reacia a sentarse en una silla de ruedas, no le convencía: “La esgrima es un juego de pies, ¿cómo voy a hacerlo en una silla?, me preguntaba. Cuando lo probé me encantó, me parece súper divertido”. Casi dos años y medio después de la amputación parcial de su pierna derecha, la gallega reenfocó su carrera deportiva, de una forma diferente, pero con el mismo entusiasmo, y comenzó a sumar medallas en las pruebas del Campeonato de España.

Un oro y dos quintos puestos en la Copa del Mundo de Sao Paulo ha sido su carta de presentación. La próxima parada será en Tailandia en mayo. Aún le queda camino por recorrer, pero ya ha demostrado que reúne las cualidades necesarias para ser una de las mejores ‘mosqueteras’ del panorama internacional y una baza importante para España de cara a los Juegos Paralímpicos de París 2024, donde buscará unirse a Paqui Bazalo, Gema Hassen-Bey y Cristina Pérez como medallista en una cita paralímpica.

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