María Delgado, humildad, convicción y talento en cada brazada

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A sus 22 años la zaragozana es una de las referencias de la natación española. Doble medallista de bronce en Río 2016, quiere repetir podio en los Juegos Paralímpicos de Tokio.

Jesús Ortiz / dxtadaptado.com

Con 14 años a María Delgado le preguntaron cuál era su sueño y con la misma convicción y seguridad con la que ejecuta sus brazadas contestó que acudir a unos Juegos Paralímpicos y ganar medallas. Cumplió su palabra hace cuatro veranos, en Río de Janeiro 2016, donde cosechó dos bronces. Desde su aparición en la élite de la natación no ha parado de cosechar metales en mundiales y europeos. Ahora, pese al largo parón por la crisis sanitaria de la Covid-19, la aragonesa ya prepara la máquina con el objetivo de repetir podio en unos Juegos.

La niña que creció en Zaragoza aterrizó en la piscina con tres años y ya no hubo quien la sacara del agua. El sacrificio y la dedicación que empleó la nadadora no tardó en fructificar y con apenas 15 años acudió a su primer Mundial en Montreal 2013 y una temporada después sumó sus primeros metales internacionales, dos bronces en el Europeo de Eindhoven (Holanda). Desde entonces nada ha detenido su meteórica trayectoria -se ha colgado 10 preseas en campeonatos del mundo y continentales-, ni siquiera la pandemia del coronavirus, que obligó a aplazar los Juegos de Tokio a 2021.

“Era lo más sensato tal y cómo estaban todos los países. Pasé el confinamiento en casa con mis padres y me sorprendió por cómo lo llevé. Estuve los tres meses muy motivada, ocupada con un Máster de Alto Rendimiento Deportivo que estoy estudiando y sin parar de entrenar”, explica. Primero con ejercicios en seco y durante varias semanas en una piscina hinchable. “Estirada entraba muy justa, pero me dio un plus para recuperar sensaciones del agua en la palma de la mano. Eso sí, si ya de por sí es aburrido nadar, imagínate hacerlo atada a una cuerda, sin moverte del mismo sitio y muchas horas mirando a un mismo punto”, dice entre risas.

La fortaleza mental que ha ido forjando en estos años a base de competir con las mejores es lo que hizo que no bajase los brazos. “Solo ha sido un bache en el camino, de esta situación he salido más fuerte y reforzada, en todo momento pensaba en que cuánto mejor volviese, más ventaja tendría sobre mis rivales ya que me costaría menos ponerme bien físicamente. Y así ha sido, he recuperado la forma mucho antes de lo que esperaba”, recalca la aragonesa, que sufre toxoplasmosis congénita que le impide la visión total del ojo izquierdo y parcial en el derecho.

María Delgado en la piscina del CAR de Madrid. Fuente: CSD

En su reincorporación al Centro de Alto Rendimiento de Madrid se ha sometido durante casi dos meses a sesiones duras guiadas por su preparador y descubridor, José Luis Vaquero. “Estoy sorprendido, pensé que a todos les iba a costar un montón. El ser humano está diseñado para correr, saltar o lanzar, pero no para nadar, por eso se pierde la sensibilidad con el agua. No sé si ha sido la motivación de querer volver, pero ha venido muy fuerte. Los entrenadores temíamos necesitar medio año para que estuviesen finos nadando, pero enseguida se han puesto al día”, explica el técnico español.

“La vida en el CAR es muy diferente a cuando lo dejé en marzo, todo está muy tranquilo, hay menos gente y muchos protocolos de seguridad, como no tocar alimentos en el comedor o llevar la mascarilla siempre menos cuando estás en la piscina. Al principio fue duro, aunque era feliz, me sentía de nuevo nadadora y lo que más me impresionó era notar de nuevo el agua deslizándose por mi cara. La preparación en casa durante el estado de alarma ha funcionado, estamos otra vez en un buen nivel, pero no hemos metido la intensidad de volumen que solemos hacer porque no hay campeonatos programados”, añade la nadadora.

Vaquero le ha dado tregua en agosto, un mes que le servirá para recargar pilas y disfrutar de la familia y de los amigos, aunque en su maleta no falta el bañador, las gafas y el gorro. “Hacía unos nueve años que no me pegaba unas vacaciones tan largas, pero no serán reales ya que durante tres o cuatro días a la semana estaré moviéndome entre el gimnasio y el agua para que la maquinaria no esté del todo parada, porque si no la vuelta será muy pesada”, asevera. María ya logró el billete para los Juegos de Tokio justo antes del confinamiento, pero tendrá que volver a hacer la marca mínima B según los nuevos criterios del Comité Paralímpico Español.

“Me parece lógico que tengamos que refrendarla, no nos van a llevar a competición más importante sin saber que estás en un estado de forma óptimo para representar a España. No me preocupa ni supone una presión extra porque confío en mis posibilidades y sé que si hago las cosas como hasta ahora voy a conseguirlo”, declara. El próximo mes se cumplirán cuatro años de la experiencia más mágica que ha vivido como nadadora, el doblete de bronce en 50 libre y en 100 espalda categoría S12 de Río de Janeiro 2016.

“Cada día parecía estar en una nube, no fui consciente de dónde había estado hasta que pasaron tres meses. Tras ganar la primera medalla la guardé en el cajón de la mesita de la habitación antes de irme a dormir y al día siguiente cuando me desperté lo primero que hice fue abrirlo y mirarla para comprobar que no había sido un sueño, que era realidad”, recuerda. La zaragozana solo piensa en Tokio 2021, a donde acudirá con la misma hambre de triunfos de siempre. Su entrenador confía en sus posibilidades de subir al podio.

María Delgado junto a José Luis Vaquero e Iván Salguero. Fuente: CSD

“Desde el punto de vista técnico aprende rapidísimo, era mariposista de forma natural, pero quitaron la prueba de 100 mariposa en su clase y tuvo que reconvertirse a espaldista. Ha conseguido adaptarse y ahí está siempre peleando por las medallas en pruebas internacionales. Tiene la cabeza bastante bien amueblada para lo joven que es y sabe competir, cuando se le mete un objetivo entre ceja y ceja va a por él hasta conseguirlo. En el deporte paralímpico pueden salirte rivales de un día para el otro, como ocurrió el año pasado con la brasileña María Carolina Gomes, que le quitó la plata en el Mundial de Londres. Si todo transcurre según lo previsto, estoy seguro de que María estará en puestos de medalla en 100 espalda”, afirma Vaquero.

“La rusa -Anna Krivshina- es la favorita, pero está en el aire la participación de Rusia porque se les está investigando por el tema del dopaje, así que, si no está, podría pelear por el oro. Por tiempos, somos unas cuatro nadadoras las que estaremos en la lucha por las medallas. Me dejaré la piel en la piscina porque en mi cabeza está el repetir podio en unos Juegos. Lo de Río 2016 fue la mejor experiencia, tengo grabado el momento cuando te cuelgan la medalla y quiero volver a vivirlo en Tokio”, finaliza María Delgado.

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