Eladio Caneda – Soy Eladio, un deportista con discapacidad física y es mi tercera temporada como jugador de bádminton en el Club de Bádminton Chamartín (Madrid). Durante este tiempo he podido observar que mi club es pionero en la Comunidad de Madrid, ya que en estos 3 años ha incluido en su tradicional Campeonato de bádminton Popular de San Isidro, la categoría de bádminton adaptado e inclusivo, permitiendo competir en todos los niveles y categorías a todo tipo de jugadores válidos y discapacitados.
En este importante campeonato, de cita imprescindible para toda la familia del bádminton madrileño y siempre con participantes de otras comunidades autónomas, nos reunimos más de 20 clubes de Madrid y, generalmente, tres o cuatro CC.AA, en un ambiente humano y deportivo extraordinario y con un éxito que se multiplica año por año.
En cuanto a jugadores de la modalidad de pie como yo, veo que no se han modificado nada la superficie del terreno de juego. Entrenando ya por el mes de Diciembre yo casi conseguí alcanzar a toda la media pista, lo que ya es muy complicado para un jugador con la movilidad reducida.
Me he preguntado muchas veces el criterio por el que la reglamentación oficial de bádminton adaptado, nos reúne en un mismo grupo, el SL3, a jugadores con dificultad severa en la movilidad, lesión medular, jugadores con amputación en una pierna que juegan con prótesis, ejemplo mi amigo Simón, jugando además todos en media pista.
Aquí hay un problema muy importante con la actual reglamentación aprobada por la BWF respecto al bádminton adaptado, ya que no se ajusta a la realidad para todos los jugadores en función de la movilidad y capacidad de desplazamiento y que requeriría un ejercicio de mayor cordura y redactar un reglamento más real, con la inclusión de más clases funcionales para la discapacidad. Yo creo que en competición es imposible que estemos todos en igualdad de condiciones para la práctica de bádminton adaptado, ante las diferentes circunstancias de movilidad y capacidad de desplazamiento. Se conculca así una de las premisas básicas del deporte adaptado y, en particular del parabadminton.
Existe en el deporte adaptado inclusivo, modalidades con grupos perfectamente diferenciados, muy funcionales y acordes con las diversas situaciones de movilidad reducida. Yo también soy jugador de padel adaptado inclusivo y de tenis de mesa, que es un ejemplo adaptado, con un reglamento que diferencia 11 clases. Esto nos permite una mayor normalización y calidad en el deporte adaptado y pienso que sería muy bueno que el parabadminton contase también con otro reglamento oficial con adaptaciones en bádminton adaptado inclusivo, así tendríamos todos mayores posibilidades para poder competir, eso no quita que podamos jugar todos contra todos, silla y pie, etc…
El bádminton es un excelente deporte para las personas con movilidad reducida. Simon Cruz es un gran campeón, deportista de élite y es todo un honor para mí y el club, jugar con él la modalidad de dobles en San Isidro y en los entrenamientos que pasamos con él cuando puede venir a entrenar con todos nosotros.
Me gustaría que la BWF y demás Federaciones españolas de bádminton tomaran en consideración esta reflexión. Se trata de adaptaciones necesarias que redundarán en beneficio del bádminton adaptado-inclusivo porque es totalmente integrador para un deportista discapacitado, proporcionándole mayor autonomía personal, movilidad y experiencia para su vida cotidiana. Si la actividad física para las personas normales es muy importante para las personas minusválidas es vital, porque necesitan potenciar al máximo sus zonas dañadas así como su autoestima, para así compensar sus deficiencias y poder desenvolverse lo mejor posible.