Hace casi dos años alcanzó la cima al conquistar el oro paralímpico en Tokio y ahora sus ligeras zancadas han vuelto a brillar para reinar en los 5.000 metros T13 (discapacidad visual) y lograr su primer título mundial. Yassine Ouhdadi continúa intratable sobre el tartán, imponiéndose en el estadio Charléty de París con una exhibición que no admitió réplica. Un oro aderezado con un billete para los Juegos de 2024.
El fondista español llegaba pletórico, en su mejor momento físico, tras batir en las últimas semanas el récord de España en la distancia -también lo hizo en el 1.500-. Acudía a la cita con ganas de saldar cuentas pendientes, ya que en su debut internacional en el campeonato del mundo de Dubái 2019 fue plata. Impetuoso y ambicioso, la victoria estaba en su mira, no se conformaba con cualquier otro resultado.
A diferencia de la carrera en Tokio, esta vez decidió tomar la iniciativa desde el principio, dominándola hasta el final. Con dientes apretados, se pegó a la cuerda, sin dejar hueco para evitar posibles toques o caídas. Salió con confianza, con el australiano Jaryd Clifford, principal rival y favorito por la marca con la que llegaba, pegado a su espalda. Fue una prueba más táctica que rápida, con los siete atletas apiñados en el grupo.
A falta de 2.000 metros Yassine imprimió un cambio de ritmo progresivo, aunque todos se mantenían juntos. A falta de 1.000 metros, vio llegado su momento. Asumió el mando por la calle 1 y protegió su posición de las arremetidas de los adversarios. Confiado en su potente final, dejó hacer por delante a Clifford, que atacó primero, pero por su lado derecho llegaba lanzado el tarraconense, que con amplitud de zancada abrió hueco a falta de 100 metros, empezó a sacarle distancia e incluso se permitió el lujo de extender los brazos a modo avión para celebrar el triunfo antes de cruzar la meta.
El atleta catalán, afectado por cataratas y sin visión en el ojo izquierdo y que llegó a España desde Marruecos cuando solo tenía seis años, esculpió con 15:16.97 una presea dorada que iluminó el cielo de París. En unos días buscará el doblete con el 1.500. Le arrebata así el trono al australiano, al que le tiene tomada la medida, como ya demostró en Japón en 2021 y lo ha vuelto a hacer en la pista francesa. Clifford fue plata (15:18.23) y el canadiense Guillaume Ouellet (15:22.85) bronce. El asturiano Alberto Suárez acabó sexto con 15:29.75, su mejor marca de la temporada.
“Este oro supone mucho para mí, es una recompensa a todo el trabajo realizado este año. No ha sido un camino fácil, con muchos entrenamientos, a veces en solitario, con un sacrificio alto para mantener la concentración y la motivación, pero cuando sale un resultado así, ves que todo valió la pena. Ha sido una carrera lenta, nadie se animaba a encabezarla y lo hice yo. Me mentalicé en que se iba a decidir en los últimos metros, así que traté de recargar pilas en cada vuelta para llegar fuerte al final”, ha relatado.
Sin tiempo para celebrarlo, ahora toca descansar y pensar en el ‘milqui’. “Voy a por el doblete, soy ambicioso. No he tenido un desgaste muy alto, en los 5.000 hemos ido a un ritmo tranquilo, así que me veo con fuerzas para estar peleando con los tres primeros en 1.500 metros. Quiero quitarme la espina ya que en las últimas competiciones no ha salido el resultado deseado en esta prueba. Pero en estos dos años estoy corriendo muy bien la distancia y el oro que he conseguido me da tranquilidad y un extra de motivación para afrontarlo”, ha añadido.
Kim López no estaba en condiciones físicas para luchar por las medallas en lanzamiento de peso F12 ya que viene arrastrando una lesión en el codo derecho, por la que fue operado en diciembre y aún no se ha recuperado. De hecho, hasta unos días antes de que la delegación española viajase a la capital francesa, el valenciano aseguraba que se quedaba en casa. Pero su compañerismo e implicación le hicieron subirse al avión para estar con el equipo e intentar lograr una plaza para España para los Juegos de 2024, algo que no sucedió porque no quedó entre los cuatro mejores clasificados.
A pesar de los problemas físicos, el campeón paralímpico en Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020 se armó de valor para salir al círculo de lanzamiento y finalizó en la quinta posición con 13.58 metros en el primer intento -él posee el récord mundial con 17.04 metros-. Los cinco intentos posteriores fueron nulos y se quedó lejos del podio que formaron los ucranianos Roman Danyliuk (16.73) y Volodymyr Ponomarenko (15.92) y el uzbeko Elbek Sultonov (15.42).
Tampoco tuvo suerte Sara Andrés, quien terminó en el sexto puesto en salto de longitud T64. Empezó con dos nulos y luego su concurso fue de 4.39, 4.59 y 4.74 metros para colarse entre las seis mejores en una prueba dominada por las holandesas Fleur Jong (oro con 6.28) y Marlen Van Gansewinkel (plata con 5.40). El bronce fue para la japonesa Maya Nakanishi con 5.38 metros. En 400 metros T11, las dos parejas españolas en liza se clasificaron para las semifinales. Por un lado, Gerard Descarrega y Guillermo Rojo fueron los más rápidos de las cuatro series con 51.26 segundos y la dupla formada por Eduardo Uceda y Jorge Gutiérrez paró el crono en 52.64.
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