Arrancadas de mucho peso

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Nerea Fernández, de 12 años, es la última promesa del San Mateo de halterofilia, un club que cuenta con ocho mujeres, entre ellas la paralímpica Loida Zabala

lne.es – Palacio de los Deportes de Oviedo. 17.30 horas de un viernes cualquiera. ¡Vamos Nere! ¡Arriba, arriba! Los gritos salen del gimnasio del San Mateo de Halterofilia, un club que este año cumple sus bodas de plata. Durante sus 25 años de vida, el club ha cosechado 502 medallas de todos los colores, denominaciones y modalidades: regionales, nacionales e internacionales. De la treintena de deportistas que forman el club que preside Lodario Ramón ocho son mujeres. Cada una tiene su historia, pero todas cumplen un denominador común: su pasión por la halterofilia, una afición que muchas de ellas han sabido transmitirle a sus propios hijos.

Uno de los nombres propios del club es la paralímpica Loida Zaballa. A sus casi 26 años tiene detrás un palmarés envidiable y, a día de hoy, es uno de los referentes de la halterofilia femenina española. En su haber, además de decenas de medallas, cuenta con dos participaciones en los Juegos Paralímpicos: Pekín 2008 y Londres 2012. Loida lleva desde los 19 años levantando pesas, un deporte que «me da seguridad, energía y me ayuda a hacer la vida más fácil. Mentalmente es muy satisfactorio», dice. Ahora tiene puesta la mirada en Río. Serán sus terceros Juegos Paralímpicos y la deportista sueña con llevarse una medalla, un logro que supondría «la culminación de mi carrera». Pero para eso aún queda tiempo. Antes acudirá al Europeo. Mientras tanto disfruta de la halterofilia junto a sus compañeras. «Tenemos muy buen ambiente, somos como una familia. Soy una fan más de mis compañeras y me da envidia no haber empezado antes en este deporte», dice.

Nerea Fernández es la más pequeña del club. Comenzó en la halterofilia en el 2008 y a sus 12 años ya tiene 15 medallas. «Hacía patinaje artístico, pero veía a mi hermano en halterofilia y un día probé y me gustó», explica la benjamina del club. A Nere, como la llaman sus compañeras, aún le queda mucho por aprender. Y tiene en quien fijarse. «La verdad es que motiva entrenar al lado de Loida», añade. Nerea acaba de sumar una nueva medalla para el San Mateo: plata en el campeonato de España de técnica. Además, esta joven deportista tiene las marcas mínimas para acudir a los nacionales sub 15, sub 17, júnior y absoluto. De la pequeña del grupo, Lodario, su entrenador, asegura que tiene un gran porvenir. Y a juzgar por su ilusión, un largo camino lleno de éxitos. Al lado de Nere, en un descanso del entrenamiento, se forma un corrillo. Son Covadonga Alonso, Esther Buylla y Erika Rodríguez a las que la halterofilia también les tiene enganchadas. Las tres coinciden en apuntar que este deporte «nos ayuda a desconectar y nos aporta mucha energía». Por eso, siempre que pueden acuden al Palacio para dar rienda suelta a afición. «Aquí estamos como en casa», asegura Covadonga. Esther tiene 32 años y su amor por la halterofilia se la ha trasladado a su hijo Fran. «Compartimos deporte», dice, mientras señala a su hijo. Raquel Alonso, Noemí Rodríguez y Verónica Galán completan la familia femenina del San Mateo, un club que sobrevive gracias a las ayudas que le concede el Ayuntamiento de Oviedo.

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