El judoca Jorge Lencina, identificado con Instituto, regresó a Córdoba tras haber conseguido en Toronto la medalla dorada en judo en la categoría hasta 90 kilos.
Olé – Nació en 1975 y, siete años más tarde, ya andaba por Alta Córdoba, arrancando judo en la sede de Instituto, popular club cordobés, hoy en la B Nacional del fútbol argentino y en la Liga Nacional de Básquet. «Yo era un poco callado y le recomendaron a mi familia que hiciera alguna actividad deportiva. En ese tiempo, en Instituto el judo se practicaba debajo de las tribunas. Vi, probé, me gustó», suele repetir Jorge Lencina, el cordobés que acaba de llegar a Córdoba después de haber conseguido en los Parapanamericanos de Toronto la medalla dorada en la categoría hasta 90 kilos.
Lencina, en esta ocasión, se consagró tras superar al cubano Jorge Hierrezuelo por shidos en la final. El cordobés posee una de las historias más particulares de todo el deporte argentino al haber participado tanto en los Juegos Olímpicos como en los Paralímpicos, había sido medalla de bronce en Guadalajara 2011. Sin embargo, anteriormente, también se había subido al podio en Mar del Plata 1995 y Winnipeg 1999, con la curiosidad de que en aquellas ocasiones lo hizo en los Juegos convencionales.
Su camino al título comenzó con un bye en la primera ronda, por lo que Lencina arrancó desde semifinales. Allí venció por ippon al brasileño Antonio Da Silva en dos minutos de lucha. Ya en la pelea por el oro, el argentino superó por shidos al cubano Jorge Hierrezuelo: tras terminarse el encuentro, el centroamericano poseía más penalizaciones que el cordobés (tres contra dos) y le entregó la victoria y el oro. En 2006, Lencina sufrió un problema de visión que lejos de separarlo del deporte determinó su paso a la modalidad disminuidos visuales. Hoy está de vuelta.
