Un grupo de discapacitados entrena día a día para demostrar que pueden correr en las carreras del IMD y lograr algún día estar en maratones prestigiosos como el de Nueva York.
- Esperan desde 2009 que el Ayuntamiento de Sevilla les deje competir.
MIGUEL RUIZ ARANDA – Estos días se celebra una nueva edición del Tour de Francia, la carrera más difícil y prestigiosa de tres semanas dentro del mundo del ciclismo. Grandes nombres nacionales como Alberto Contador, Alejandro Valverde o Joaquín Purito Rodríguez pelean en las carreteras francesas paraalcanzar la gloria.
El caso de estos ciclistas profesionales es similar al de Ernesto Mesa, José Nevado o Luis Campanario, personas que a menor escala luchan por demostrar su valía como corredores y lograr competir de una vez por todas en las carreras populares que celebra el Instituto Municipal de Deportes (IMD) de Sevilla, en su caso pedaleando con las manos en triciclos adaptados, en posición tumbada.
Este grupo de ciclistas discapacitados que puso en marcha el Club de Handbike de Isla Mayor, un club que reúne ya a más de 60 aficionados a este deporte, 14 de ellos con discapacidad, lucha desde 2009 para que a estos últimos el Ayuntamiento de Sevilla les permita correr en las carreras que organiza el IMD. No es un tema de colores, ni de partidos, ya que ni el gobierno de PSOE e IU hasta el 2011, ni el anterior mandato que acaba de concluir de Juan Ignacio Zoido (PP), les han dado el visto bueno para hacer lo que les gusta. «Hemos mantenido muchas reuniones con el Ayuntamiento y sus alcaldes y ellos nos argumentan que corremos muy rápido y eso les obliga a cambiar los cortes de tráfico y los tiempos de llegada», explica Ernesto Mesa, secretario del club, que piensa que ningún argumento es consistente, ya que participan en carreras de pueblos como Isla Mayor o Bormujos y estos municipios, con menos medios que una ciudad como Sevilla, están encantados con su presencia.
Como en toda pelea en la vida, han reflexionado si merece la pena seguir luchando o es inútil. «Pasamos por un momento en el que decidimos no insistir más», recalca Ernesto, que asegura que el Consistorio no los tiene en cuenta por ser personas discapacitadas y porque es una institución incapaz de organizar una carrera exclusiva para ellos. La idea de crear su club en 2009 procede del atletismo. «Un par de personas, José y Luis, se dedicaban a hacer atletismo, pero al ser una práctica en la que vas en posición fetal [en silla de ruedas], puede provocar lesiones en los hombros», comenta un miembro del Club de Handbike de Isla Mayor. El presidente del club estuvo en la maratón de Nueva York y en Argentina y comprobó que existían otra alternativa a correr:hacerlo con unas handbike, triciclos impulsados a mano.
El problema es que comprar una handbike no es fácil. Si las bicicletas de competición resultan caras, éstas también lo son, y pueden llegar a costar unos 5.000 o 6.000 euros. Se han financiado sus vehículos a través de una colectaque organizaron en Isla Mayor, el municipio de las marismas y arrozales en el que tienen su sede. José Nevado y Luis Campanario fueron las mentes pensantes de esta idea, y con el dinero logrado en la rifa compraron un par de ciclos e hicieron realidad el club con otras personas sin discapacidad. Ernesto llegó más tarde a incorporarse al equipo. «Mi hijo vio a los compañeros participando en una carrera y llegó a casa y me dijo: -Papá, acabó de encontrar una manera para que hagas deporte», afirma este ciclista discapacitado, que asegura que cuando ya cumplió el medio siglo de vida probó esta forma de hacer ejercicio físico y se sintió muy bien. Ayuda a su rehabilitación y a mejorar su salud.
Pero para disputar carreras antes hay que entrenar, y lo que es más difícil, montarse en la handbike: «Cada uno busca la maña para montarse, entre nosotros nos ayudamos o bien se lo pedimos a miembros del club». Ernesto explica que estos aparatos son muy similares a las bicicletas de calle y de competición, y que cuentan con tres platos. El procedimiento para echar a andar es más complejo. «Una vez te montas y te tumbas, te amarras en la cintura y empujas con las manos, lo que hace que el ejercicio se traslade al tronco superior, la zona que nos interesa trabajar».
Sus rutas habituales, en solitario y en grupo, son los carriles bici de Sevilla, el Corredor Verde del Guadimar o la carretera que une Isla Mayor con Villamanrique de la Condesa, una zona tranquilay en la que la mayoría de conductores ya los conoce. Montar en bicicleta es para ellos una manera de mostrar su valía. «Hay falta de sensibilización, por eso hacemos campañas para integrarnos». Así, explica el secretario del club, dan charlas en los colegios, para acercar el deporte a los niños con discapacidad y que no se sientan mal por sus problemas físicos.
Su pasión por el ciclismo es muy grande. Y saben que el Tour está en juego. «Esperemos que Alberto Contador nos dé una alegría y consiga el doblete, Tour y Giro, y que también otros corredores españoles como Alejandro Valverde y Joaquín Rodríguez brillen en la carrera», manifiesta Ernesto, que sigue todas las etapas por televisión.
Este club de ciclistas de handbike, que el año pasado ya participó en la Maratón de Madrid y que a finales de año hará lo propio en Valencia, tiene un sueño a largo plazo. «Nos gustaría llegar a Hamburgo y Nueva York para publicitar lo que hacemos y animar a los discapacitados a hacer ejercicio físico». Consideran que así enseñarán al Ayuntamiento de Sevilla el ejemplo de que en otros sitios si existe la posibilidad de hacer algo para integrar a este colectivo, se hace.