El País. “Ya no puedo darle las manos a mi hija, ya no puedo amarrarle los zapatos, pero puedo llenarla de orgullo con todos mis triunfos y logros”. Esa es la consigna que a diario acompaña a Juan José Florián, un soldado del Ejército Nacional y el segundo mejor nadador paralímpico de la patria.
Una de las historias de las que no suele hablar Juan José ocurrió cuando llevaba siete años en el Ejército. Un atentado del Bloque Oriental de las Farc produjo una explosión en la que perdió los brazos, la pierna derecha, la visión del ojo derecho y parte de la audición. Fue un capítulo en el diario de un héroe que habría podido acabar con su vida.
“Yo siento que la vida me dio otra oportunidad para salir adelante. Tengo un corazón grande para dar amor a las personas que lo necesitan, procuro no hablar de historias tristes como el accidente”, asegura.
El motor de su vida es su familia y su hija de ocho años, quienes diariamente lo motivan a no rendirse y a luchar por sus sueños. Para este antioqueño de 32 años, lo que inició como una terapia de rehabilitación en una piscina, hoy ha transformado su vida completamente. Es un hombre positivo que manifiesta constantemente el deseo de ayudar a la comunidad y de trabajar por sus sueños.
“Empezó a nacer ese amor por el agua en las terapias. La piscina se convirtió en el principal aliado de mi vida y empecé a darme cuenta de que no tenía barreras, encontré una libertad grandiosa, ahí comencé a buscar apoyo como deportista paralímpico”, afirma.
Ese amor que despertó con un deseo de superación lo ha llevado a participar en campeonatos en Minneapolis (Estados Unidos), Brasil, Bogotá, Medellín y Bucaramanga, obteniendo cuatro medallas de oro, cinco de plata y tres de bronce.
“Cuando obtuve mi primera medalla de oro, fue un orgullo total, era para Colombia y para las Fuerzas Militares. Fue muy emocionante pararme en un podio y que sonara el himno nacional, fue lo más maravilloso”, recuerda el atleta.
El entrenamiento como deportista no ha sido un proceso que ha tenido que enfrentar solo. El acompañamiento de su familia, del Ejército y de la Corporación Matamoros ha sido vital y constante. Él, junto a otros héroes de la patria, se prepara físicamente en entrenamientos en agua y en tierra. Todos, sin importar su discapacidad, diariamente cumplen la cita que para muchos ha dado un giro a su vida.
“En el club militar (Bogotá) nosotros tenemos la piscina y en el batallón tenemos el gimnasio adaptado con las máquinas que necesitamos los deportistas para prepararnos para todo tipo de eventos”, manifiesta Florián.
La más reciente competencia en la que participó el antioqueño y obtuvo cuatro preseas de plata fue en el Campeonato Nacional Paralímpico realizado en Cali, evento clasificatorio a los Juegos Paranacionales, donde junto a ocho nadadores de las Fuerzas Armadas de Colombia, con diferente discapacidad (visual y física), dieron lo mejor de sí en el certamen deportivo.
“Fue muy gratificante recibir el cariño de los caleños, todo el respeto, fue algo muy grandioso, un gran apoyo que recibimos en esta ciudad”, manifiesta Florián.
Uno de los próximos retos que asumirá Juan José será iniciar una carrera profesional, porque se dispone a estudiar psicología.
Juan José es un nadador, motivador y campeón paralímpico que frente a una de las adversidades más grandes que ha enfrentado, tomó el camino de no rendirse, de no aferrarse a las barreras y de ser ejemplo para los soldados, para su familia y para todos aquellos que en su diario vivir enfrenta una adversidad.
Frases
«Ellos son mis manos, son mis piernas, son mi apoyo. Somos una gran familia, el Ejército y la Corporación Matamoros”, Juan José Florián.