lne.es – El deporte no siempre se queda dentro de la cancha. En muchas ocasiones va más allá, y se convierte en un pretexto como cualquier otro para pasar una jornada agradable y dar paso a valores como la solidaridad y el compañerismo. Todo esto se dio el pasado fin de semana cuando se disputó en el pabellón polideportivo de Navia un encuentro benéfico de baloncesto en silla de ruedas, cuya recaudación fue donada a la Fundación EDES, de Tapia de Casariego.Los miembros del club zamorano de baloncesto en silla de ruedas Orto Tres Cruces, participantes en el encuentro, tuvieron la oportunidad, además, de conocer parte del occidente asturiano. El alcalde de Valdés, José Modesto Vallejo, quiso agradecer la visita del conjunto castellano-leonés y mostró su compromiso para hacer de Luarca un lugar accesible y sin barreras para las personas con discapacidad. Por ello, y junto al edil de Movilidad, Balbino Suárez Cortina, anunció un proyecto que, tomando como modelo ciudades como Oviedo y Gijón, pretende convertir a la villa en un lugar de fácil acceso para todos. Asimismo, como recuerdo de la visita, el Ayuntamiento de Valdés hizo entrega a los jugadores de un obsequio elaborado por los participantes del Centro de Apoyo a la Integración de Personas con Discapacidad de Canero.
La lluvia no fue impedimento para que la expedición disfrutara de la belleza de la denominada «villa blanca de la costa verde». El siguiente punto de la visita fue el renovado Museo del Calamar Gigante, en donde descubrieron, con ayuda de una guía, los secretos mejor guardados de las profundidades marinas. Delfines, marsopas, pulpos, y, cómo no, calamares de enormes proporciones llamaron la atención de los deportistas.
Antes de la pausa para la comida, el alcalde naviego, Ignacio García Palacios, quiso dar la bienvenida al equipo. Comentó que sus miembros «representan la esencia del deporte». Con el estómago ya lleno, el Orto Tres Cruces visitó una quesería de la zona, donde conoció todo el proceso de creación del queso y del requesón.
Para concluir el ajetreado día, se disputó el encuentro en Navia, al que acudieron más de doscientas personas, y que fue todo un ejemplo de concienciación y solidaridad tanto por parte de los participantes como por parte de la afición que abarrotó las gradas. Un final dulce para un día en que se volvió a demostrar que también hay un hueco para la integración social y la solidaridad en los momentos más difíciles.