Durante casi tres cuartos, España soñó con lo imposible en Sarajevo. Con valentía, sin complejos y con una defensa firme, la selección femenina de baloncesto en silla de ruedas plantó cara a Países Bajos, un rival inabordable, la gran dominadora del panorama internacional en la última década.
Pero la lógica terminó por imponerse y las neerlandesas sellaron su pase a la final del Europeo con un contundente 46-76, fiel reflejo de su superioridad en los momentos decisivos.
La selección que dirige Víctor Ramos supo competir, sobre todo en una primera mitad en la que el esfuerzo colectivo, el orden defensivo y el carácter de sus referentes le permitieron tutear por momentos al actual campeón paralímpico, mundial y europeo.
Y aunque la derrota aparta a España del sueño de la final, el equipo sigue adelante con su hoja de ruta: ya ha logrado plaza para la repesca del Mundial de Canadá 2026, y ahora quiere poner el broche con una medalla de bronce, como ya hizo en Madrid 2021 y Rotterdam 2023. Su rival saldrá del duelo entre Alemania y Gran Bretaña.
Sin miedo ante el todopoderoso
España salió a la pista del pabellón de Sarajevo sabiendo que no tenía nada que perder. El quinteto inicial saltó con actitud valiente, cerrando bien los espacios atrás y apostando por ataques inteligentes. En cinco minutos, solo había encajado siete puntos. El timón de Beatriz Zudaire, el temple de Isa López bajo el aro y la solidez grupal mantenían el partido igualado (8-10).
Sin embargo, cuando las neerlandesas entran en ritmo, son una máquina imparable. Bo Kramer afinó la puntería, y con el apoyo de Xena Wimmenhoeve, Jitske Visser y la incombustible Mariska Beijer, Países Bajos firmó un parcial para cerrar el primer cuarto con una renta de nueve puntos (13-22).
En el segundo cuarto, España encontró en una inspirada Sara Revuelta las claves para resistir el empuje rival. La madrileña, desde media distancia, calcó hasta cuatro lanzamientos seguidos que insuflaron esperanza (26-36). Pero la respuesta neerlandesa no tardó: Visser castigó con cuatro puntos consecutivos antes del descanso, y el marcador reflejaba un 28-41 al ecuador. Resultado duro, pero más que digno ante semejante oponente.
El tercer cuarto, el punto de inflexión
Tras el descanso, Zudaire y Revuelta mantuvieron la llama viva con dos canastas que acercaban a España (32-41). Pero entonces apareció la mejor versión de Países Bajos. Bo Kramer volvió a ser letal, apoyada por Wimmenhoeve y Carina De Rooij, para un parcial de 0-8 que abría una brecha difícil de cerrar (32-49).
Aun así, las españolas no se rindieron. Vicky Vilariño y Revuelta volvieron a sumar desde el perímetro y bajo el aro (38-49), lo que obligó a las neerlandesas a subir una marcha más. Y cuando Kramer tomó el control absoluto con seis puntos seguidos, el partido quedó prácticamente sentenciado (38-55). Aun así, España cerró el tercer cuarto con buenas sensaciones en ataque, gracias a los puntos de Vilariño y Vicky Pérez (44-57).
El último parcial fue un monólogo de Países Bajos, que ya jugaba con confianza plena y con una rotación que no bajaba el nivel. España se atascó en ataque, sin encontrar espacios ni acierto frente a una defensa agresiva y móvil. En diez minutos, solo una canasta, la de Isa López. El parcial de 0-11 fue demoledor, y el marcador final (46-76) selló la clasificación de Países Bajos a una nueva final continental. El bronce está en juego, y el carácter mostrado invita al optimismo.
Ficha técnica del partido:
España (46): Sonia Ruiz (2), Beatriz Zudaire (9), Sara Revuelta (12), Naiara Rodríguez, Isa López (9), Lourdes Ortega (2), Vicky Pérez (6), Vicky Vilariño (6), Lucía Ramo y Lara Arenós.
Países Bajos (76): Ilse Arts (2), Jitske Visser (6), Bo Kramer (29), Xena Wimmenhoeve (17), Carolina De Rooij (4), Sylvana van Hees, Lindsay Frelink, Julia Van der Sprong (8), Cher Korver (6), Mariska Beijer (2) y Ylonne Post (2).
Parciales: 13-22, 15-19, 16-16 y 2-19




