Raquel Martínez, una ‘rider’ aguerrida y tenaz sobre la nieve

La leonesa, con apenas dos años de entrenamientos, debutará en La Molina en un Mundial de snowboard, siendo la primera española con parálisis cerebral en competir en este evento.

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La leonesa Raquel Martínez, primera 'rider' española con parálisis cerebral en un Mundial de snowboard.

El sol asoma y un mar de nubes blancas navega por el cielo azul sobre la estación gerundense de La Molina. El manto de nieve ya está preparado para ser el epicentro del snowboard paralímpico con la celebración del Mundial, que contará con la presencia de Raquel Martínez (León, 1992). Novel en esta disciplina, apenas lleva dos años deslizándose sobre la tabla, pero la aguerrida y aplicada ‘rider’ recoge el fruto a su perseverancia y tenacidad al ser una de las participantes de la competición de mayor enjundia tras los Juegos.

Un nudo de nervios aprieta su estómago en la previa a su estreno, al mismo tiempo que la ilusión brilla en sus pupilas con fuerza y en su rostro se ha instalado una alegría desbordante. Se enfrenta con avidez a un reto mayúsculo, consciente de que su técnica está en plena cocción y, por tanto, su nivel todavía no está para pelearle las medallas a las mejores del circuito. Pero para ella, estar en el portón de salida en un campeonato del mundo ya es un éxito. Será la primera española con parálisis cerebral en competir en un Mundial de snowboard.

Acostumbrada a sortear obstáculos, la fuerza de voluntad se ve encarnada en su figura. Nació con tetraparesia espástica, que le afecta a la movilidad en las cuatro extremidades: “En especial, a mis brazos y manos. Tengo dificultad al andar y no puedo escribir con una letra inteligible con bolígrafo, así que tengo que usar ordenador”. Algo que no fue óbice para acabar sus estudios en Ingeniería Informática.

“Desde pequeña soy cabezota, siempre he intentado hacer todo lo que me he planteado, a veces teniendo que adaptar más las cosas para conseguirlo, pero sin decir no puedo. Mi infancia fue bastante feliz, tanto en el colegio como en mi entorno familiar, era una más. Obviamente tenía momentos en los que no entendía por qué no podía hacer ciertas cosas igual que el resto. Y en casa mis padres no me han sobreprotegido, siempre me han tratado igual que a mis hermanos”, rememora.

Uno de ellos, Javi, que tiene Síndrome de Down, ha conseguido buenos resultados en natación. “Es la persona más importante en mi vida”, asevera Raquel. Ella también probó la natación y el atletismo, pero se enamoró del esquí cuando tenía cinco años en la guardería de Baqueira Beret: “¿Quién me iba a decir a mí que, 20 años después, me iba a pasar los inviernos allí entrenando?”. En la nieve del Valle de Arán, donde pasó incontables fines de semana y vacaciones de su infancia, comenzó a dibujar ese sueño que ahora tiene mucho de real, aunque en una modalidad distinta.

En esquí estuvo compitiendo desde 2013 hasta 2020, ganando campeonatos de España y logrando varios bronces en Copa de Europa. No solo consiguió resultados deportivos, también personales, como controlar su cuerpo, corregir las descompensaciones propias de su parálisis o realizar movimientos que antes le parecían impensables. “Ricardo Alcalde fue quien me preparó físicamente durante seis años para competir, pero lo que no me esperaba era la mejora que empecé a tener en mi día a día, en aspectos que estaban fuera de mi alcance, como caminar mejor, cortar un filete con cuchillo y tenedor o correr”, cuenta.

Desde mayo del pasado año forma tándem con su actual entrenador, Guzmán Caballero. “Con él estoy súper agradecida y contenta con todo el trabajo que estamos haciendo. Me siento mejor que nunca a nivel físico. También en la última temporada me han ayudado los entrenadores del CAR de León, Mario y Álvaro Gil, a quien conozco desde los tres años y le tengo muchísimo cariño, ya que fuimos juntos al colegio y al instituto. Entrenar con él fue muy fácil porque era como estar en casa”, afirma.

Debido a la dificultad de sacar resultados a nivel internacional ya que sus rivales eran esquiadoras con discapacidad física y, por tanto, tenían más movilidad que ella, en noviembre de 2020 le llegó una oportunidad inesperada. “Me llamó Antonio Ranchal, director técnico de la FEDPC, y me habló de lo difícil que lo tenía, pensé que me iban a echar del equipo español y de repente me preguntó si estaba dispuesta a pasarme al snowboard. En ese momento iba por la calle y di un grito porque lo que me parecía una broma se convirtió en una proposición real. Tras varios días dándole vueltas y pidiendo opiniones y consejos, acepté, no quería arrepentirme”, relata.

Sin tiempo que perder se puso manos a la obra, otra vez, en Baqueira. Con trabajo, dedicación, esfuerzo y lágrimas derramadas, Raquel ha experimentado una gran progresión, sobre todo, en este año, armándose de confianza en sí misma y puliendo la técnica. “He tenido la oportunidad de trabajar con diferentes entrenadores que han permitido que mi snow haya dado un salto importante. Todo este proceso de cambio se lo debo a diferentes técnicos que han puesto su granito de arena, en especial, a Marc Bosch, quien se ha comido la cabeza buscando ejercicios que me han ayudado a mejorar”, subraya.

También muestra su gratitud hacia Astrid Fina, bronce en los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang 2018 y en el Mundial de 2019 en Pyhä (Finlandia). La ‘rider’ barcelonesa la acompañó en febrero a la Copa de Europa en Cortina d’Ampezzo (Italia), en la que logró dos bronces. En esa competición continental, la leonesa también se llevó dos platas en noviembre en Landgraaf (Holanda) en categoría SB-LL1, que engloba a aquellas deportistas que tienen discapacidad física más severa en las extremidades inferiores.

“A Astrid la conocí en uno de mis primeros campeonatos de España que se celebraron en Andorra y no sabía quién era -ríe-. Luego coincidí con ella en Baqueira, empezamos a convivir, a compartir habitación y congeniamos desde el primer minuto. Hemos creado una relación de amistad muy bonita. Cuando me vi sin acompañante para la competición de Italia, se lo propuse y tuve suerte de que accediera. Aprendo de ella, cosas como el cuidado del material, visualizar un circuito y gestionarlo, controlar los nervios… Y nos lo pasamos genial. Para mí es como una hermana, la quiero mucho”, confiesa.

Ahora estará en el Mundial de La Molina junto a dos españoles más, Emilio Redondo e Irati Idiákez. Pese a su poca experiencia, sobre la tabla recoge la recompensa que supuso fiar su destino al corazón. “Quiero aprovecharla y disfrutarla al máximo. Soy realista, mi snow a día de hoy no está al nivel de las mejores y mi discapacidad no ayuda porque no tengo el control de mi cuerpo al 100%. Pero si gestiono los nervios, mi nivel tanto físico como técnico están a la altura para completar los circuitos en boardercross y en banked slalom”, añade Raquel, una pionera ya que será la primera ‘rider’ de la FEDPC en un campeonato del mundo: “Con parálisis y mujer, es un plus de orgullo y, a su vez, una responsabilidad. Cuando haga mi bajada espero estar satisfecha y decir ‘Acabo de dar lo mejor de mí y todo el curro ha merecido la pena’”, apostilla.

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