Jesús Ortiz / dxtadaptado.com
La fortuna le ha dado la espalda a Israel Blanco en el inicio de la temporada de parabobsleigh. El piloto español no ha arrancado bien el nuevo curso en la ‘Formula Uno’ del hielo y los resultados no han sido positivos. Tras su Top 10 en Lillehammer la pasada semana, el asturiano se ha marchado de la Copa del Mundo de Oberhof (Alemania) con un sabor amargo.
En una pista en la que no termina de adaptarse, con un trazado pequeño y cuyas paredes son planas y cortas, el deportista corverano no pudo demostrar su potencial a los mandos de su bólido. De hecho, el primer día de entrenamientos sufrió un duro golpe tras un error en la primera bajada que le dejó dolorida la espalda que le privó hacer más entrenamientos. «Las cosas me han salido mal tanto en Lillehammer como en Oberhof. Esta pista de Alemania siempre se me ha dado mal y no puedo con ella», ha lamentado.
No mejoró sus tiempos en la competición y en la primera Copa del Mundo acabó en el puesto 19 con 1:31.47. Tampoco le fue bien en la segunda, ya que completó las dos bajas en 1:35.72 para finalizar en la posición 16, muy lejos de las medallas. Esta última prueba también era campeonato de Europa, en el que Blanco quedó duodécimo.
Hay que resaltar que el asturiano llevaba más de ocho meses sin tener contacto con el trineo por la falta de dinero y se enfrenta a rivales que cuentan con un gran respaldo e infraestructuras para entrenar durante toda la temporada. El pionero español en esta disciplina, que se desliza a más de 120 kilómetros por hora sobre un tobogán helado, espera contar con ayuda económica de la Federación Española de Deportes de Hielo para competir en enero en la Copa del Mundo de St. Moritz (Suiza) y después en Lake Placid y en Park City (EE.UU.).