Tiempo de San Juan – Son dos equipos de cuatro jugadores, una pelota y un objetivo simple, el de siempre: hacer goles. Sin embargo, el Powerchair Football escapa a los límites de la tradicional práctica futbolística y tiene una particularidad: se juega sobre silla de ruedas.
En 2011, una familia argentina vio en Estados Unidos un stand sobre fútbol para personas en sillas de ruedas motorizadas. A su regreso, no dudó y, junto a un grupo de padres cuyos hijos sufren diferentes patologías de discapacidad motriz, crearon la Fundación Powerchair Football Argentina.
¿De qué se trata? El objetivo básico es promover la práctica del único deporte adaptado para personas que deben utilizar una silla de ruedas motorizada. Atrofias musculares, esclerosis múltiple, parálisis cerebral, cuadriplejía y lesiones de la médula espinal son las principales discapacidades que padecen los miembros de esta fundación, que lentamente va ganando terreno en el país.
De hecho, desde 2012 existe la Selección argentina y actualmente hay seis sedes en todo el país que desarrollan la actividad, con gran expectativa de crecimiento: Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Córdoba, La Plata y Bahía Blanca.
La FIPFA es la organización internacional que rige las reglas de este deporte. La misma tiene sede en Paris, Francia y fue creada en 2006. Actualmente cuenta con la afiliación de 27 países, entre ellos Argentina, Brasil y Uruguay, únicos representantes de Sudamérica.
Las diferencias económicas que se ven en el fútbol profesional entre las potencias del primer mundo y Argentina no escapan a este deporte, y por eso la difusión en el país resulta clave para acercarse cada vez más a la elite mundial.
«En Estados Unidos, por ejemplo, existen más de cien sedes que desarrollan el deporte, acá tenemos sólo seis. Todavía nos falta mucho pero la idea es ir achicando la brecha», explica Joaquín Carrera, Gerente General de Powerchair Football Argentina, en diálogo con minutouno.com.
El propio Carrera considera también que una de las principales trabas para el crecimiento de la actividad en el país es que muchos de los que padecen alguna de estas discapacidades no están en condiciones económicas de tener la silla que les corresponde, que se fabrican principalmente en Estados Unidos y Francia.
Gonzalo Vilariño, histórico entrenador de Los Murciélagos, la Selección argentina de fútbol para ciegos, se hizo cargo del Seleccionado de Powerchair y el gran objetivo es el Mundial 2016, que se llevará a cabo en Estados Unidos. «Además, este año tendremos el desarrollo de la Copa Libertadores por equipos, ya que en Brasil y Uruguay también está creciendo la actividad», relata Carrera.
Gonzalo Vilariño, histórico entrenador de Los Murciélagos, la Selección argentina de fútbol para ciegos, se hizo cargo del Seleccionado de Powerchair y el gran objetivo es el Mundial 2016, que se llevará a cabo en Estados Unidos. «Además, este año tendremos el desarrollo de la Copa Libertadores por equipos, ya que en Brasil y Uruguay también está creciendo la actividad», relata Carrera.
«La Fundación se mantiene en base al apoyo de empresas privadas y también de particulares, sin ayuda del Estado», agrega el miembro de la fundación.
Con esta perspectiva, en 2016 se llevará a cabo también la esperada Libertadores, certamen del que participarán las diferentes sedes (es a nivel clubes) y que contará también con equipos de Uruguay y Brasil, países sudamericanos que también están desarollando la práctica de este deporte.
Con las ganas y el entusiasmo como única bandera, en base a sacrificio y con la inclusión como gran objetivo, Powerchair Football Argentina sigue creciendo. Y cada vez más chicos pueden cumplir el tantas veces intangible sueño de vestir, aunque sea por un rato, la camiseta de la Selección argentina.
Tiempo de San Juan – Son dos equipos de cuatro jugadores, una pelota y un objetivo simple, el de siempre: hacer goles. Sin embargo, el Powerchair Football escapa a los límites de la tradicional práctica futbolística y tiene una particularidad: se juega sobre silla de ruedas.
