Yassine Ouhdadi se prepara para el doble desafío en el Mundial de París

El atleta español, campeón paralímpico en Tokio 2020, confía en alcanzar el podio este verano en las pruebas de 1.500 y 5.000 metros categoría T13. “No me conformo con una medalla, voy a por las dos”, recalca.

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Yassine Ouhdadi puede presumir de ser una de las referencias del atletismo español. Sus números sobre el tartán lo avalan. Desde que irrumpió en 2019, mejora sus marcas cada temporada. Recordman de España en 1.500, 3.000 y 5.000 metros. También plusmarquista mundial en el ‘milqui’ y de Europa en los cinco kilómetros en pista, prueba en la que se proclamó campeón paralímpico en Tokio 2020. Es un corredor de primer nivel que lo tiene todo para continuar rompiendo registros y coleccionar éxitos. Ahora apunta al Mundial de París de este verano, y a los Juegos de la capital francesa del próximo año.

Su presente es esperanzador, al igual que el futuro que tiene por delante. A sus 28 años atraviesa por un gran momento de forma. Asegura que recién está empezando, que todavía tiene margen de mejora y que no ha alcanzado su techo. Después de ganar el oro en los Juegos Paralímpicos, tiene entre ceja y ceja el reto de brillar en el campeonato del mundo de París en julio. Allí confía en demostrar su polivalencia y ratificar que es uno de los mejores del mediofondo en categoría T13 (atletas con discapacidad visual).

El tarraconense, que entrena bajo las órdenes de Benito Ojeda en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, ya ha empezado a competir este año dejando buenas sensaciones. Ganó un bronce en el Grand Prix de Túnez en los 1.500 metros y unos días después quedó en el Top 18 en la prueba de los 5 kilómetros en ruta de Mónaco. “La pista aún no la estamos entrenando de forma específica, me centraré en ella a finales de abril, ahora mismo estamos centrados en acumular mucha carga en las piernas. Fui a Túnez para ir conociendo cómo están los rivales con los que me mediré en el Mundial, y pese a que me encontré bien, se nota la falta de chispa aún”, ha recalcado.

Mejor sabor de boca le dejó la competición sobre el asfalto monegasco. “Había mucha gente de un gran nivel, como el francés Jimmy Gressier, que hizo el récord europeo absoluto. Por tanto, el resultado que obtuve es para estar contento a pesar de que la marca (14.35) no me salió como quería, salí demasiado fuerte y eso se notó en los metros finales. Pelear de tú a tú con atletas sin discapacidad que están en lo más alto es una motivación extra, me permite mejorar”, ha añadido.

En un par de semanas se desplazará hasta Cannes (Francia) para disputar un año más la carrera de 10 kilómetros y, luego, tras afrontar el mes de Ramadán, realizará una concentración en altura en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada o en Font Romeu con el objetivo de exprimirse al máximo para seguir en la cúspide del atletismo. “Entrenar en estas condiciones será clave para la puesta a punto del Mundial, donde competiré en mis dos pruebas”, ha afirmado Ouhdadi, quien fue subcampeón del mundo en su estreno con España en Dubái en 2019.

El atleta español, afincado en Tortosa (Tarragona) desde 2002 y nacido en Ouarzazate (Marruecos), la puerta de entrada al desierto del Sáhara, se muestra seguro de sí mismo y no esconde sus ambiciones cuando habla de los próximos desafíos. “Puedo dar más de mí, tengo que explotar todavía mi potencial. En el ‘milqui’ -tiene el récord del mundo en 3:47.68- me siento cada vez más cómodo y con experiencia, puedo mejorar mi registro y quiero quitarme la espinita de Dubái y de Tokio, donde no pude entrar en el podio. En los 5.000 metros -batió el récord de Europa el año pasado con 14:27.57-, sí se cumplen las expectativas, este año puedo hacer el récord del mundo, que lo tiene el marroquí Youssef Benibrahim en 14:20.69”, ha comentado.

En París, primero en el Estadio Charléty este verano, y el siguiente año en los Juegos Paralímpicos, Ouhdadi espera dejar su huella: “Ahora solo tengo en mi cabeza el Mundial, no hay un día que no piense en ello, es lo que me da alas para levantarme cuando en algún momento estoy de bajón. No me conformo con una medalla, voy a por las dos, quiero regalarle una alegría a mis familiares y amigos que viven en Francia y que vendrán a apoyarme. Y una vez que cruce la meta, tocará poner todos los sentidos en París 2024, donde me gustaría hacer otra vez historia”.

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