Ricardo Ten, un año ‘cum laude’ sobre la bicicleta

El valenciano firma una temporada de ensueño con cuatro oros entre los mundiales de pista y de carretera, convirtiéndose así en el ciclista español con más maillots arcoíris de la historia. También fue campeón de Europa y primero del ranking en la Copa del Mundo. Va a por sus séptimos Juegos Paralímpicos.

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Ricardo Ten tras conquistar el oro en la ruta en el Mundial de Canadá. Foto: RFEC

En mayo de 2017, bajo el cielo malagueño en una mañana luminosa, de un azul perfecto, el ‘novato’ Ricardo Ten se preparaba para hacer su debut. Ganó con solvencia el Campeonato de España de ciclismo en carretera. Ese fue el advenimiento de su reinado como ciclista. Aunque en ese momento se lo tomaba con mesura e insistía en que no había que correr tanto, sus ojos ya centelleaban promesas de éxitos. Tras cinco años de competiciones, se ha convertido en el español con más maillots arcoíris de la historia. Ha firmado un año ‘cum laude’, un curso de ensueño, “redondo y perfecto”, con cuatro oros mundiales entre el velódromo y el asfalto.

Tras dos décadas como nadador, en las que ganó tres oros, una plata y tres bronces en cinco Juegos Paralímpicos, el desaliento cundió después de acudir a la cita de Río de Janeiro 2016, había perdido la motivación y las ganas. La ilusión volvió a florecer con la bicicleta, el medio de transporte que utilizaba para acudir a la piscina a entrenar y con la que había superado las primeras barreras cuando salió del hospital tras el accidente que sufrió con ocho años. Un cable de alta tensión que rozó con un palo de metal le dejó el 75% de su cuerpo quemado y le tuvieron que amputar los dos brazos y una pierna.

Casi 40 años después se ha granjeado una reputación extraordinaria en el ciclismo. Encaró el nuevo desafío con avidez, aplomo y sagacidad. No se arredra ante nada y el tiempo le ha dado la razón ya que en cinco temporadas ha construido un palmarés excelso: 13 medallas en pista y 8 en carretera en mundiales, dos en europeos y 22 preseas en pruebas de Copa del Mundo.

“Ha sido increíble la adaptación a la nueva modalidad, estoy muy contento y satisfecho por haber conseguido todos estos éxitos. No me lo esperaba, sabía que con trabajo y entrenamiento podía hacer un papel bueno, pero no tan rápido. Es cierto que la bici no era nada nuevo para mí, de pequeño siempre iba con ella a todos lados. Mi hermano competía en motociclismo y le acompañaba por todos los circuitos de España, esa sensación de velocidad y adrenalina con las dos ruedas me gustaba mucho. Y con la bicicleta era la única forma que tenía de poder sentir eso”, confiesa.

Ricardo Ten con uno de los oros que conquistó en el Mundial de pista en París. Foto: RFEC

En Tokio se estrenó como ciclista en unos Juegos Paralímpicos, logró un bronce en la velocidad por equipos, se quedó a las puertas del podio en persecución y en fondo, y tuvo que abandonar en la contrarreloj por un desvanecimiento. “Me dejó un sabor amargo en el momento, tenía grandes expectativas porque venía de hacer varias temporadas increíbles que me hacían soñar con algo más de lo que saqué allí, pero no me puedo reprochar nada, hice mis mejores marcas en todas las pruebas. Del pasado intento no acordarme, solo pienso en el presente y en el futuro”, subraya.

Este año ha pisado el podio en todas las competiciones que ha disputado, fue campeón de Europa, sumó cuatro oros y dos platas en las Copas del Mundo de Ostende (Bélgica), Elzach (Alemania) y Quebec (Canadá), ganó un oro y un bronce en el Mundial de carretera en Baie-Comeau (Canadá) y se colgó tres metales dorados y una plata en el velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines (París). Estos últimos lauros los logró a pesar de llegar entre algodones por el golpe que se llevó en el hombro derecho tras una caída durante un entrenamiento en los días previos y que le ocasionaba dolor en las arrancadas.

Se proclamó campeón del mundo en persecución, scratch y ómnium, y consiguió una plata en el kilómetro en categoría C1. “Cuando me lesioné pensé que se había acabado la temporada para mí, pero con la rehabilitación me fui librando de ese inconveniente. Estoy muy satisfecho con el rendimiento ofrecido, supe aprovechar la ocasión ante la ausencia de algunos rivales más directos como chinos o rusos, las finales fueron ajustadas y apretadas y también batí el récord del mundo en 200 metros”, recalca.

El valenciano ya es el español con más maillots arcoíris, tiene 11: “Estamos hablando de ciclistas muy importantes, de trial que son leyendas en su categoría, en la pista como Joan Llaneras, y pensar que eres el que más tienes es algo increíble. No me quito mérito, pero soy consciente de que la competitividad que hay en ciclismo adaptado no es la misma, pero a mí me hace mucha ilusión verme en esa lista”.

Ricardo Ten durante una prueba en el velódromo de París. Foto: RFEC

Una cosecha que espera aumentar en agosto de 2023 en Glasgow, que acogerá los mundiales de pista y de carretera en apenas 10 días. “Es un campeonato que me motiva ya que vamos a poder correr por primera vez integrados con los convencionales, nos dará una visibilidad increíble. Ver competir en el velódromo a gente como Sebastián Mora y en la siguiente serie poder salir yo a correr, es algo mágico”, describe. Aunque se considera un deportista cortoplacista y disfruta en cada pedalada, en su cabeza tiene los Juegos Paralímpicos de París 2024 como principal meta.

“Sueño con lo más grande, una medalla individual en los Juegos, y a poder ser, el metal que todos ansiamos, el oro. Daría dos, tres o los maillots arcoíris que hicieran falta por verme en lo más alto del podio en París -ríe-. En ciclismo, un Mundial es muy importante, pero una medalla en una cita paralímpica es lo más especial, es la competición reina por excelencia ya que cobra una magnitud enorme”, asegura.

Para Tokio 2020 hizo una apuesta firme por la persecución, pero esta vez sus objetivos se centrarán en la contrarreloj de carretera. “Es en la que más opciones puedo tener. Ese trabajo agónico nos vendrá bien también para los tres kilómetros de la persecución en la pista. Espero llegar a París, siempre pueden pasar muchas cosas, hay imprevistos como caídas o lesiones. Mi estado de forma sigue progresando, estoy mejorando mis registros y marcas, voy a por ello, quiero estar en mis séptimos Juegos, una opción más para poder alcanzar ese sueño de una medalla”, apostilla el incombustible Ricardo Ten.

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