‘La Sirenita’ Michelle Alonso, a rugir en la piscina de Tokio

La nadadora tinerfeña, oro en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, peleará por su tercera medalla en los 100 braza SB14 en los Juegos Paralímpicos. Será la abanderada española junto a Ricardo Ten.

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Michelle Alonso durante una competición. Fuente: Rob Hardie

En sus inicios en la natación, Michelle Alonso salía la última de la piscina y la primera de los vestuarios para evitar cruzarse con sus compañeras. No se relacionaban con ella y se sentía desplazada por su discapacidad intelectual. “Me llamaban Dory, como el pez, porque se me olvidaban los metros que tenía que nadar”, lamenta. Pensó en dejar el bañador con 14 años, pero apareció José Luis Guadalupe, su mentor, su álter ego, la persona que supo pulir sus virtudes. Desde entonces, ‘La Sirenita’ de Tenerife ha sido una de las reinas del 100 braza SB14 en la última década. Ahora otea con optimismo el hectómetro de Tokio, donde quiere rugir y volar para colgarse su tercer metal en unos Juegos Paralímpicos.

Se enfundó las gafas y el gorro con siete años por recomendación médica debido a problemas de espalda. Atesoraba cualidades, pero no se integró porque no supieron tratarla bien. “Tenía problemas de comunicación y no aceptaban cómo era, me sentía muy sola y lo pasé mal porque las chicas se reían de mí. Tenía un bloqueo mental y no avanzaba, así que decidí marcharme”, explica. En 2009 recaló en el Ademi, conoció a ‘Guada’ y ambas piezas encajaron en el puzle. “Confió en mí desde el primer minuto, para mí es como un padre, me conoce a la perfección, sabe motivarme y sacarme lo mejor. Sin él no habría llegado lejos”, reconoce.

En el agua Michelle muda la piel de su timidez y su cara angelical se evapora para dar paso a la garra, fiereza y voracidad con la que lanza cada brazada. “Tiene talento, calidad y una buena actitud, siempre creí en ella. Aunque a veces tenemos que estimularla y exigirle en los entrenos para que aporte su máximo. Sacarle esa motivación es lo que más me cuesta, cuando está con la autoestima alta es una moto, imparable. Es una chica que siempre tiene una sonrisa para todos. Por su discapacidad intelectual no llega a madurar del todo, pero el deporte le ha ayudado mucho a tener unas pautas de educación y un control de su vida, se ha superado”, tercia su entrenador.

Bajo su batuta se ha labrado un currículum espectacular en su prueba fetiche, los 100 metros braza. Ganó el oro en los Juegos de Londres 2012 y de Río de Janeiro 2016, ha sido varias veces campeona de Europa y posee cuatro metales en mundiales: oro en Montreal 2013 y México 2017, plata en Londres 2019 y bronce en Glasgow 2015. También ha derribado barreras, siendo la primera nadadora con discapacidad en disputar un campeonato de España absoluto. Y este año, incluso fue capaz de superar en un 50 braza a la húngara Katinka Hosszú, nueve veces campeona mundial y medallista olímpica: “Fue un momento inolvidable, me encantó nadar con ella, aquello me dio un subidón”.

Disciplinada y tenaz, la deportista canaria se ha preparado con dobles sesiones de entrenamientos para llegar en un gran momento de forma a los Juegos Paralímpicos en la capital japonesa. “Han sido meses muy duros, de muchas horas en la piscina y en el gimnasio. Lo peor que he llevado han sido los madrugones, a veces a las siete de la mañana ya estaba nadando, así como la estricta alimentación y el no tener tiempo ni para quedar con los amigos. Cuando llego a casa lo único que quiero es dormir de lo cansada que estoy”, dice riendo.

También tuvo que lidiar con una tendinitis en el hombro y con su alergia al cloro en piscinas cubiertas, que reapareció esta temporada durante el Europeo de Funchal (Portugal), donde ganó tres oros en 100 braza y en los relevos, así como dos bronces en 100 y en 200 libre. “Fue una situación difícil, lo pasé mal, me costaba respirar. En un entreno hice 600 metros y estaba asfixiada y afónica. Durante todo el año me preparo en Tenerife al aire libre y es en sitios cerrados cuando noto mucho el cloro y me afecta. Ahora en mi material no pueden faltarme los aerosoles e inhaladores, aunque espero no tener que usarlos en Tokio”, explica.

Abanderada española

Para ella, estar allí es “muy especial” ya que se considera una admiradora del país nipón. “Es un sueño, voy con mucha ilusión y emoción. Es mi ciudad favorita, la pena es que por la pandemia no podremos visitarla. Me encanta la comida, cuando la he visitado siempre me harto de sushi y desde pequeña soy una ‘friki’ del anime y del manga, pero lo que más me gusta es la cultura de respeto que tienen y esas buenas vibraciones que me contagian”, asevera la nadadora, que hace un par de años fue protagonista de un documental de la cadena televisiva japonesa WOWOW. “Ya me conocen, he ganado muchos seguidores en las redes sociales”, apunta.

Como colofón, la canaria será, junto al ciclista Ricardo Ten, la abanderada del equipo español en la ceremonia de inauguración el 24 de agosto. “Fue una gran sorpresa, lo máximo que me podía pasar, no se puede pedir más. Es un sueño que no esperaba cumplir porque soy joven aún y hay compañeros que llevan más tiempo. Ya fui abanderada en la clausura en Río de Janeiro, pero estoy emocionada y con ganas de llevar la bandera y disfrutar cada momento del desfile, todavía no me lo creo. Esto es un chute de motivación de cara a la competición”, cuenta.

A sus 27 años, la tinerfeña quiere escribir nuevos capítulos en su romance con la piscina. Este año ha rozado su récord del mundo -está en 1:12.61- y confía en mantenerse en el trono en el 100 braza SB14. La británica Louise Fiddes, vigente campeona del mundo, se postula como principal candidata a pelearle la victoria. “Es la rival más fuerte y está a un gran nivel, pero espero ganarle, soy ambiciosa y voy a luchar por el oro. Aunque el objetivo es coger una medalla, no me importa el color”, subraya Michelle, que antes de lanzarse al agua se aislará en sus cascos y buscará la motivación escuchando ‘Roar’, de Katy Perry. “Me identifico con la letra, me activa y me vengo arriba cuando dice ‘Soy una campeona y me vas a oír rugir’. Así me siento yo”, concluye.

TEST TOKIO 2020. Conociendo a Michelle Alonso

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